Giovanni Sartori es uno de los más grandes pensadores políticos del siglo pasado. Como tal, constituye una referencia obligada para todo estudiante de ciencia política. Por suerte, nadie se recibe de politólogo o politóloga sin pasar por lo menos por alguno de sus textos fundamentales. Pero el gran italiano que tuvimos que despedir hace un año y medio, no es solo material de lectura obligada. Sartori es, además, una gran  fuente de inspiración para quien se interese por una más profunda comprensión de las dinámicas de la política contemporánea.

Algunos de sus textos condensan, a mí juicio, la lectura más preclara y bella sobre la política. De la política como objeto de análisis y como marco de convivencia democrática. Me refiero concretamente al capítulo destinado a responder a la pregunta quizás más fundamental: ¿Qué es la Política?, en La Política. Lógica y Método en las Ciencias Sociales (1984). Allí, Sartori identifica con una claridad y estética envidiables la evolución del concepto de Política, para continuar con otro breve ensayo clarificador sobre qué es, como consecuencia, la ciencia que se ocupa de estudiarla. 

La política, para Sartori, ha sido un concepto identificado originalmente (en la polis griega) con el vivir en sociedad. Su coterraneo más popular, Nicolás Maquiavelo, vendría a poner en evidencia, en el año 1532, la autonomía de la política; la identidad de la política como concepto distinto del de sociedad, definido por el poder, el dominio, las esferas del gobierno, e indisociable del Estado moderno. Sin embargo, la secular democratización y popularización de la política ha llevado a que  los procesos políticos  no  puedan ser  situados  ya  solamente en  el  ámbito  del  Estado  y  de  sus instituciones, producto de la difusión y dilución de la política en la sociedad. Así, dirá Sartori, la política atraviesa hoy una crisis de identidad, una crisis de ubicación: está en todos lados y en ninguno a la vez.

El gran maestro produjo importantes contribuciones en numerosos tópicos fundamentales de la ciencia política. Con igual calidad intelectual abordó los problemas metodológicos que enfrenta una ciencia de lo político (tomando distancia tanto de las ciencias naturales como de las más cercanas economía y sociología) y el estudio de los sistemas electorales, los sistemas de partidos y los sistemas de gobierno. Sartori también abordó la problemática la democracia contemporánea, haciendo una defensa de la representación en tiempos de su crisis. Es difícil sobrevalorar la importancia que la obra de Sartori tiene para el estudio de la política de nuestro tiempo. A más de cuarenta años de su Parties and party systems es imposible encontrar análisis serios sobre los sistemas de partidos que no lo citen. 

Nacido en Florencia pero radicado gran parte de su vida en Estados Unidos, Sartori no solo fue uno de los principales politólogos de su época a ambos lados del Atlántico. Fue además un lúcido y provocador analista de la actualidad política italiana e internacional. Crítico de la clase política de su país natal, Sartori sería sin embargo recordado del modo más bello por uno de sus exponentes más sobrios. Paolo Gentiloni, el Presidente del Consejo de Ministros al momento de su muerte, lo despidió diciendo:  “Gracias por la ciencia y la inteligencia corrosiva con la cual este estudioso ilustre ha dado mapas y nombres a la política para que ésta pudiese reencontrarse a sí misma”.

 

Natalia Del Cogliano: Dra. en Ciencia Política, docente UBA/UNSAM