“Queremos que se hable de política, no que sea una cena de camaradería”, advierten en la conducción de la UCR, todavía enojados con sus socios del PRO por la pérdida de un lugar en el Consejo de la Magistratura. El radicalismo y el macrismo están organizando una reunión para el martes próximo de la que participará la plana mayor de ambos partidos. Por un lado el G-5 macrista: Marcos Peña, Rogelio Frigerio, María Eugenia Vidal, Horacio Rodríguez Larreta y Emilio Monzó, y por el otro la cúpula radical: los gobernadores Alfredo Cornejo, Gerardo Morales y Gustavo Valdés, más los legisladores Mario Negri y Luis Naidenoff. Los correligionarios siguen furiosos porque desde la Casa Rosada no evitaron la unidad del peronismo que los desplazó del Consejo pero, sobretodo, porque sospechan que en el Ejecutivo Nacional están comenzando a tejer acuerdos electorales con gobernadores del PJ de cara al 2019. Por eso quieren comenzar a discutir el mapa de alianzas distrito por distrito. En ese contexto, Frigerio ayer se comunicó con distintos dirigentes del radicalismo, salvo Negri, para tratar de calmar las aguas y generar condiciones para sesionar la semana próxima en la Cámara de Diputados. “Queremos tener un fin de año en paz”, remataron en su entorno.
La larga serie de cortocircuitos entre radicales y macristas sumó esta semana el capítulo por el asiento perdido en el Consejo de la Magistratura. El diputado y jefe del interbloque Cambiemos, Mario Negri, ya tenía el traje de consejero puesto cuando la movida opositora lo desplazó por la jefa de bloque del Frente Renovador, Graciela Camaño. La consecuencia fue una dura carta pública de los radicales, firmada por el titular del partido y los jefes parlamentarios, en la que expresaron su “profundo malestar” ante la nueva composición del Consejo, cuestionaron la “impericia en las filas del propio oficialismo”, y advirtieron sobre el posible “retroceso” en las causas judiciales contra ex funcionarios del kirchnerismo. De esa situación responsabilizaron especialmente al ministro del Interior, Rogelio Frigerio, encargado de negociar con los gobernadores del PJ la aprobación del Presupuesto Nacional, entre otras leyes que logró el oficialismo. Según los radicales deberían haber negociado el tema del Consejo dentro del mismo paquete.
La Coalición Cívica también se sumó a las críticas. “Fue una maniobra que el PRO y la UCR no vieron venir, tal vez se preocuparon mucho por el presupuesto y no por la bancas”, deslizó ayer la diputada Marcela Campagnoli, muy cercana a Elisa Carrió. Para Campagnoli, hermana del fiscal, “el peronismo nos tiene sometidos a los argentinos a sus internas hace 70 años, se unen y se separan para una elección. En el 2013 Massa se fue porque Cristina (Kirchner) estaba en decadencia y ahora quieren impunidad”.
En el macrismo tuvieron que salir ayer a dar nuevamente explicaciones. “Lo que pasó en Diputados es que hubo unos bloques opositores que rara vez coinciden entre ellos y que hasta ahora buscaban diferenciarse entre ellos que sorpresivamente se unieron para constituir una mayoría circunstancial y consagrar a dos miembros del Consejo de la Magistratura”, sostuvo el diputado macrista Pablo Tonelli, el único oficialista que jurará hoy en el Consejo. Respecto de las críticas, Tonelli intentó responder sin agrandar el conflicto: “No veo cómo podría haber hecho el Gobierno para que esos diputados votaran de otra manera. A lo mejor los radicales tienen razón y nos dormimos, pero en todo caso también se durmieron ellos”, remarcó el presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales.
Por lo bajo, en la Casa Rosada le recriminan al radicalismo su poca colaboración para aprobar leyes claves que necesita el oficialismo. Un ejemplo es el del senador santacruceño Eduardo Costa que no votó el presupuesto por el recorte a la obra pública. Esas versiones recrudecieron el malestar de los correligionarios. Destacaban que Frigerio se comunicó con distintos dirigentes pero excluyó de la ronda a Negri, el perjudicado directo de la movida opositora.
En la reunión del martes, cuyo lugar no trascendió para evitar presencias indeseadas, los radicales le llevarán un planteo que vienen arrastrando hace rato: el trato preferencial que reciben algunos peronistas de las provincias, en detrimento de los referentes radicales locales.