Los gremios que integran la Federación Argentina del Personal Aeronáutico (FAPA) sostienen desde hace tiempo que la declamada revolución de lo aviones que lanzó el Gobierno esconde el intento de destruir Aerolíneas Argentinas. Los hechos están demostrando que no están errados. El reclamo de la aplicación de la cláusula gatillo, que incluyó la realización de asambleas, tuvo como respuesta la suspensión de 376 trabajadores. Obligados, los sindicatos lanzan un paro para el próximo lunes 26. Entonces el presidente de Aerolíneas, Luis Malvido, hace una confesión de parte al sostener que “la empresa está virtualmente quebrada”. En ese contexto, el titular de la Asociación de Pilotos (APLA), Pablo Biró sentenció que el “conflicto claramente va a escalar”.
El proceso de desmantelamiento de Aerolíneas es la alternativa a la privatización que el Gobierno adoptó y que los gremios vienen denunciando a partir de la renuncia a la presidencia de la empresa de Isela Constantini. En una entrevista con PáginaI12 los dirigentes aeronáuticos Biró y Edgardo Llano del Personal Aeronáutico (APA) anticiparon que en la ley de Presupuesto 2019 el dinero previsto para la línea de bandera se termina en marzo del año próximo. Es más, el titular del gremio de los pilotos dijo que “no la quieren privatizar sino romperla a pedazos para transferir esos recursos sin el costo político de privatizarla. Están aplicando un gradualismo para hacerla desaparecer”. La frase que Malvido pronunció poco después de que los gremios anunciaran el paro da cuenta de que ambos dirigentes sindicales no exageraban ni estaban equivocados.
Las 376 suspensiones agudizaron el conflicto buscado por el Gobierno que, en rigor, nació con un reclamo de actualización salarial. Ante la actitud de la conducción de Aerolíneas resolvieron hacer un paro que comenzará a las cero del lunes 26 de noviembre.
Ayer, poco después de las 7, los dirigentes gremiales Biró, Llano, Ricardo Cirielli de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA), Cristian Erhardt de la Unión de Pilotos de Líneas Aéreas (UALA) y Rubén Fernández de Unión Personal Superior Aeronáutico (UPSA), anunciaron la medida de fuerza. Fernández reconoció que hasta ese momento no habían llegado los telegramas que anunciaban las suspensiones que la compañía había hecho trascender el martes a través de medios de comunicación. El dirigente de UPSA aseguró que las sanciones representan “una represalia ilegal” y señaló que “sancionar por una protesta está condenado por la Organización Internacional del Trabajo. Sancionar por un reclamo a trabajadores a los que les pagaron mal el salario es totalmente injusto, ilegal e inconstitucional”.
A su turno, Cirielli reconoció que en principio el paro del próximo lunes está motivado por la falta de respuesta al pedido de aplicación de manera correcta de la cláusula gatillo y por el “no pago de un acuerdo salarial firmado el año pasado”. El dirigente aprovechó y habló sobre el fondo de la cuestión al señalar “que el Gobierno no diga más que no va a privatizar Aerolíneas Argentinas porque la está por hacer desaparecer en pos de la entrega de las rutas aéreas a empresas privadas”.
Poco después, Biró aclaró que todavía no está decidida la extensión del paro del próximo lunes y que ese detalle se irá resolviendo en los próximos días. El piloto, al igual que Cirielli, también se refirió a la verdadera causa del conflicto con la Rosada cuando indicó que el Gobierno “trata de destruir Aerolíneas Argentinas, que los usuarios le tomen bronca a la línea de bandera y estigmatizar a los dirigentes” sindicales. El dirigente advirtió que la unidad de los gremios aeronáuticos está firme y no van a renunciar a la lucha “porque defender Aerolíneas es mucho más que defender una empresa. Es defender la soberanía del espacio aéreo y la herramienta que tenemos como Nación para decir qué lugares desarrollamos, adónde llevamos a los turistas y adónde llevamos los dólares”. En ese sentido dijo que ya comenzó “la lucha de los cielos argentinos y de la soberanía del espacio aéreo” y por eso consideró que “el conflicto va a escalar”.
El funcionario que les dio la razón a los dirigentes aeronáuticos fue Malvido, el presidente de Aerolíneas, cuando dijo que “es una empresa que está virtualmente quebrada. Para pagar salarios mes a mes tenemos que pedir dinero al Estado”.
Por otra parte, los gremios aeronáuticos llevarán su disputa a la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), que lidera Juan Carlos Schmid. Este virtual satélite de la CGT se reunirá durante la mañana para analizar el conflicto y, tal como lo reconoció el secretario general de la Unión Tranviarios Automotor, Roberto Fernández, van a avanzar en el ajuste de las asambleas que acordaron realizar todos los gremios parte de la CATT el próximo martes y que incluyen a los gremios aeronáuticos pero también a otros gremios del transporte que poco a poco retornan a este espacio como los peones de taxi que lidera Omar Viviani y la Unión Ferroviaria de Sergio Sasia. Estos dos gremialistas más Biró y Marcos Castro de Capitanes de Ultramar, serán parte de una reunión que el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica está organizando con la mesa chica de la CATT. El encuentro será el mismo lunes que los aeronáuticos harán el paro y un día antes de las asambleas de la CATT. En principio es un dato del intento de Sica por frenar los conflictos durante la semana donde se realiza la cumbre del G20.
Los que todavía no dijeron nada sobre el conflicto aeronáuticos, ni a favor ni en contra, son los integrantes del Consejo Directivo de la CGT.