“Nací en una familia de artistas, el teatro estuvo desde siempre”, asegura la dramaturga Florencia Aroldi, hija de la actriz María Ibarreta y el recordado Norberto Aroldi. Luego de formarse como actriz y luego de escribir poesía, tal vez influida por su otro padre, el dramaturgo Osvaldo “Chacho” Dragún, Florencia se dedicó por entero a la dramaturgia. Y en los últimos años, a escribir piezas breves, las cuales vienen presentándose en múltiples ciclos dedicados a este género de espectáculos que cada vez tiene más adeptos. “Al escribir especialmente para este tipo de ciclo, es posible llevar la temática de la realidad socio–política a escena casi en un diálogo con la actualidad”, dice Aroldi en la entrevista con PáginaI12.
Más allá de las obras para público infantil que tiene publicadas, Aroldi dio a conocer recientemente una colección de piezas de pequeño formato, Celosía, teatro por cuartos (Editorial Nueva Generación). Las obras tienen una duración de entre quince y veinte minutos y algunas de ellas se están presentando en el ciclo Teatro Off Shore que tiene lugar en las habitaciones del espacio alternativo de Hidalgo al 800. El nombre del libro tiene que ver con el género de las piezas, que abrevan en el sainete y el grotesco: “Me gustó la palabra celosía porque es algo que está entre el patio y la habitación de las casas de antes, hoy recicladas, una buena palabra para nombrar obras que oscilan entre el sainete y el grotesco”, concluye la autora.
“Corto, cómico y político”, así se definen las obras que conforman el ciclo Teatro Off Shore que se ofrece con entrada a la gorra o “al sobre”. En Coto, yo no te conozco, una agente de seguridad de un supermercado detiene a un despedido de Télam, ladrón por necesidad; en Mili, un conflicto de aeropuerto termina con un policía gritando a favor de la libertad de Milagro; en Ágape, una camarera contratada para un evento en la quinta de Olivos termina en Bailando por un Sueño. Dirigen Juan Arena, Guillermo Parodi y Adrián Garavano. Actúan Patricio Bettini, Lorena Szekely, Juan Trzenko, Julia Funari, Julia Pérez y el mismo Parodi.
–¿Cómo surgen sus obras?
–Siempre de algo que escucho contar a alguien. Las obras arrancan con el conflicto mordido, sangrante, con un hecho que siempre surge de situaciones cotidianas que luego van espesándose, con la idea de metaforizar la realidad que conocemos.
–¿Para quién escribe?
–Pienso mientras escribo en uno o en varios espectadores potenciales, a quienes debo conmover. Y tengo claro que, con la esperanza de contribuir a la transformación social, escribo para un sector de la clase media, los que se saben sujetos de derecho de leer y de ir al teatro.
–¿Por qué son relatos políticos?
–Construir y concretar una acción ya es algo político. Pero además, en estas obras, los personajes que siempre se declaran apolíticos, son atravesados por situaciones domésticas que sufren un giro tal que se ven obligados a tomar decisiones políticas. Me interesa bucear desde el humor crítico y mostrar actos desesperados de esta realidad cotidiana. Pero siempre con un impulso esperanzador.
–¿Por qué hay tantos ciclos de teatro breve?
–Por necesidad. La falta de recursos económicos para financiar el teatro impone estéticas y formas de producción con pocos actores, con puestas de luces sencillas y pocos elementos escenográficos.
–¿Sus obras podrían abreviarse algo más en caso de ser necesario?
–No, porque no son un sketch, sino que tienen una estructura firme como si fuera un pentagrama. No pueden cortarse sin que se resientan porque cuentan en simultáneo una anécdota y una metáfora.
* Teatro Off Shore, Hidalgo 878, sábados a las 21.30.