“Un día en la vida de cualquiera de nosotros está hecho también de las historias que contamos, que nos cuentan, de la circulación de relatos que intercambiamos.” Con esta cita de Ricardo Piglia, y con la identidad como eje temático que lo atraviesa, se presenta la octava edición del Festival de Literatura Infantil Filbita. Destacados escritores, ilustradores, editores y especialistas se reunirán en una serie de actividades para chicos y grandes. Todas de gran calidad y gratuitas. El Filbita ya comenzó con su oferta “para grandes”, en la Alianza Francesa (hoy siguen las actividades), y el fin de semana se trasladará a Parque Patricios y Parque Avellaneda, desafiando al súperclásico y para toda la familia (ver aparte).
En las más de cuarenta actividades programadas participarán reconocidos autores nacionales como Mariana Ruiz Johnson (autora de las ilustraciones que dan identidad a esta edición), Melina Pogorelsky, Paula Bombara, Ana Padovani, Javier Rovella, María Fernanda Maquieira, Laura Avila, Mario Méndez, Carola Martínez, Eduardo Abel Giménez, Suniyay Moreno, Daniel Link, Félix Bruzzone, Cecilia Bajour, Florencia Gattari, Juan Lima y Nicolás Schuff (estos tres últimos, miembros del consejo asesor del festival), entre otros. Y también tres autores integrales (escritores e ilustradores) internacionales, que llegaron especialmente para participar de este evento: la francesa Marjorie Pourchet, el español Raúl Guridi y la chilena Paloma Valdivia.
En cada jornada del fin de semana, a los chicos y chicas se los convoca a leer, escribir, dibujar, hacer talleres, cantar, escuchar música... y hasta a charlar, como mañana con la charla Nosotros, junto a la autora integral Paloma Valdivia: “Leeremos el libro Nosotros, miraremos grandes retratos de la pintura y charlaremos sobre nosotros. Luego cada niño dibujará su propio retrato”, se invita. Ese mismo día habrá un “armapoesía”, talleres como el de poesía voladora, y el recital Canto Pájaro, por los chicos y chicas del taller de música de Mariana Cincunegui. Además, el grupo Valor Vereda hará su “concierto literario” Chiribitiles, con canciones compuestas a partir de los cuentos de la mítica colección de Centro Editor, reeditada recientemente por Eudeba.
El domingo, el Filbita se trasladará al Complejo Cultural Chacra de los Remedios de Parque Avellaneda (ver aparte). Entonces se sumará el taller de ilustración “Autorretrato por dentro y por fuera”, o el “Retratón”, o el taller de historieta o “El morral de los cuentos”, en la biblioteca de la Casona de los Olivera ubicada en este lugar. Los “bebés lectores” también tendrán su espacio con “Palabrújula”. Y el gran cierre de la jornada será con Los Musiqueros haciendo Música entre libros. Este particular recital recorrerá las canciones de cuna del libro disco Nidos que arrullan, y también seguirá el hilo del libro Los Musiqueros, música y palabras, que recoge los treinta años de historia de este grupo musical dedicado a la infancia.
“Pasamos meses pensando en cada detalle, cada propuesta, los participantes, el eje temático, el diseño del programa... Y cuando se acerca la fecha del festival, ¡parece que todo va a pasar tan rápido! Pero llega el día, los días, y ahí empezamos con ese tiempo ‘otro’ al que nos invita la literatura: se producen los encuentros, vemos gente compartiendo lecturas, autores, maestros, bibliotecarios y familias, disfrutando de esos encuentros”, se entusiasma en la previa Larisa Chausovsky, programadora del evento que organiza Fundación Filba, definiéndolo como “un encuentro entre lectores de los más diversos”. Y agrega que la literatura y la lectura, desde los primeros años (meses) de vida, tienen mucho para decir acerca de la construcción de la identidad. “Pero nunca como una bajada de línea, sino como una invitación a pensar y a leer, a experimentar y explorar: ¿cuánto hay de los libros que leemos en la infancia en la construcción de la identidad? ¿Qué relatos que alguien nos contó, nos están contando en realidad a nosotros mismos? ¿Cuál es la historia que contamos de nuestras vidas? La pregunta por la identidad está presente a lo largo de toda la vida. Invitar a leer a los chicos, desde el comienzo de la vida, es abrirles un mundo de significaciones, es invitarlos también a que escriban su propia historia. De ahí en adelante, todas las preguntas y propuestas para compartir lecturas, son un nuevo libro por descubrir”, concluye.
“Este es un festival ‘vivo’, lejos de la solemnidad que a veces acompaña los ‘eventos literarios’. Pensar en conjunto con las organizadoras y colegas cómo celebrar la literatura y desarrollar este encuentro de forma creativa, para mí es estimulante y enriquecedor. Esperemos poder transmitir y contagiar algo de la alegría con la que se trama el Filbita. Creo que todos y todas lo necesitamos, más que nunca”, desea el escritor Nicolás Schuff. Y su colega e ilustrador Juan Lima halaga: “Cada Filbita tiene su magia, sus encuentros, sus ritmos regulares e irregulares. Es una fiesta del libro infantil compartido en voz alta, es una invitación a descubrir mundos diversos y pispear el interior del mundo propio. ¡Miro la programación y todo me entusiasma!”, dice, y asegura que haber sido convocado como asesor del encuentro (aunque prefiera definirse como “aprendiz”) es un mimo que le hicieron.
Paula Bombara observa que el lema de este año (el de la identidad) se conecta con el proyecto literario que están llevando adelante en Abuelas de Plaza de Mayo, Ovillo de trazos, buscando “sumar voces a la reflexión artística sobre nuestro derecho a la identidad, sumar hilos a esta madeja siempre eterna que compone la identidad nacional”. “Es un lema que de ningún modo puede dejarnos en estado de quietud intelectual. La reflexión sobre nuestra identidad como pueblo es capital en este momento, en el cual nuestra soberanía se ha debilitado. Los invitados de otros países aportarán, seguramente, elementos que pueden permitir una reflexión más profunda. Si bien este año el festival hace foco directo en la relación entre literatura e identidad, en cada edición la pregunta acerca de quiénes somos ha estado presente de un modo u otro. Es que el arte hace a la identidad de quienes trabajamos en el campo de la creación, es parte indisoluble de nuestro ser. Como alguna vez dijo Lili Bodoc retomando a Bajtin, todo discurso es absorción y transformación de otro discurso. Y todos tienen que ver con la identidad de quien lo produce y de quienes lo reproducen”.
La investigadora, docente y crítica Cecilia Bajour formó parte ayer de un encuentro bien aprovechado por docentes, bibliotecarios y mediadores de lectura en el marco del Filbita, que se centró sobre todo en cuestiones en torno a la poesía. “Justo el día en el que se votó en la Legislatura porteña una pseudouniversidad sin fundamentos académicos, la llamada Unicaba. Justo el día en que se votó la destrucción de nuestros históricos profesorados en esta ciudad”. Consultada sobre el eje del Filbita, que este año indaga la relación entre literatura e identidad, lo que le surge definirse en tiempo muy presente: “Una parte fundamental de mi identidad es formar parte de toda la comunidad educativa que dice enfáticamente ‘No a la Unicaba’”.