“Nosotros como cobierno y equipo de Aerolíneas los invitamos a reflexionar que el paro cuesta muchísima plata para la economía y afecta el prestigio y las ventas futuras de la compañía”, les reclamó ayer el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, a los gremios aeronáuticos. Al referirse a la decisión de suspender a 376 trabajadores hasta 15 días por asambleas realizadas el 8 de noviembre, que generaron cancelaciones de vuelos ese día, y ante la inminencia de un paro este lunes, el ministro dijo que “lamentablemente no hay intensión de sentarse a la mesa de diálogo”. Mientras tanto, ayer llegaban las últimas notificaciones de las suspensiones y desde el gremio de pilotos (APLA) enviaron una carta al ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, rechazando las sanciones por ejercer el derecho a huelga por ilegales e irregulares. Lejos de buscar una mediación, el Gobierno redobla la apuesta y escala el conflicto para justificar el achicamiento o privatización de Aerolíneas. El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, incluso habló de “paro salvaje”. Hasta la controversial Flybondi se sumó a la operación contra Aerolíneas a través de las redes sociales con chicanas hacia la línea de bandera (ver aparte).
El Gobierno mantiene en el terreno mediático la discusión sobre el futuro de Aerolíneas y sus trabajadores. “Esa persona que va a volar va a pensar dos veces si hacerlo por Aerolíneas, porque por ahí ese día unos señores deciden que no se vuela”, indicó Dietrich. El ministro enfocó en los trabajadores el plan desgaste contra Aerolíneas, lo que explica, según los gremios, que mantenga abierto el conflicto. “Desde el momento en que el Gobierno decidió no aplicar la cláusula gatillo de la paritaria sabía que habría protesta. Y si quería asegurar la situación, llamaba a conciliación obligatoria”, retrucaron desde APLA. De hecho, Dietrich habla de desprestigio de Aerolíneas, pero el 17 de mayo pasado hubo un paro contra LAN Argentina que amenazaba a miles de pasajeros, pero el entonces Ministerio de Trabajo dictó la conciliación por la mañana y los vuelos se pudieron reprogramar sin afectar el “prestigio” de la compañía.
La última vez que se suspendió o despidió personal de Aerolíneas por medidas de fuerza fue a fines de 2005, bajo la administración del Grupo Marsans, luego de nueve días de paro. “Todas las medidas que se tomaron en los últimos tres años se destruyen en un día como el 8 de noviembre, que se tomó esa medida salvaje dejando a miles de pasajeros sin volar y sin ninguna anticipación”, afirmó el titular de Transporte. En los últimos tres años el Gobierno lanzó la Revolución de los Aviones, que significó la apertura de los cielos argentinos a empresas extranjeras a través de contratos de reciprocidad que Argentina desaprovecha. También abrió la puerta a empresas low cost que se quedaron con rutas rentables que ofrecía Aerolíneas, a la que además le vendieron aviones y le sacaron rutas rentables como a Barcelona, que ahora opera con nueve frecuencias semanales una subsidiaria de Iberia. Estas medidas son las que vienen reclamando los gremios hace dos años.
“Esperamos que esa medida de fuerza (por la del lunes) la levanten o, por lo menos, digan de cuándo a cuándo va a durar para hacer los cambios o devoluciones necesarias a los pasajeros”, afirmó Dietrich. Desde APLA reiteraron que hay fecha de inicio del paro pero no de culminación, aunque prefirieron no hablar de una medida pensada por tiempo indeterminado. En la carta que envió el sindicato de pilotos, que cuenta con 60 suspendidos de los 376, reclamó a Sica que revea la situación.