La fabricante brasileña de calzado Paquetá, que produce zapatillas para Adidas, ratificó la decisión de cerrar su planta de Chivilcoy el 31 de diciembre de este año luego de una audiencia que mantuvo el miércoles con delegados locales y representantes del gremio Uticra. Si se confirma la medida, los 397 trabajadores que aún se resisten a aceptar el retiro voluntario serán despedidos. El Ministerio de Trabajo prorrogó ayer la conciliación hasta el próximo miércoles 28 cuando las partes mantendrán un nuevo encuentro.
La empresa, radicada en Chivilcoy desde 2006, atraviesa una severa crisis por la baja de sus ventas, motivada por la recesión económica y la apertura importadora. Según un informe sectorial, la importación de calzados creció un 45 por ciento en los últimos dos años. La más afectada es la gama de calzado deportivo, ya que el ingreso de productos terminados o semiterminados desde Brasil aumentó un 116 por ciento en ese período. No obstante, la crisis de Paquetá no se limita solo al mercado local. La firma cerró una planta en República Dominicana que abastecía a Estados Unidos y las ventas a ese país y en Brasil cayeron. Según la publicación brasileña Valor, la producción total del grupo bajó de 15 a 9,7 millones de pares de marcas propias y de terceros (entre ellos Adidas, Puma y Asics) desde 2015 y la cantidad de empleados pasó de 18.000 a 12.700.
A principios de mes la empresa anticipó que cerrará sus puertas y ofreció retiros voluntarios a sus 600 trabajadores. En Chivilcoy hubo varias manifestaciones de protesta por la relevancia que la compañía tiene en la comunidad, pero finalmente 178 personas aceptaron el retiro y 25 están negociando una salida. Los 397 restantes, en cambio, resisten en sus puestos y reclaman que la firma permanezca abierta.
Por ahora, lo único que la empresa ofrece es una indemnización un 40 por ciento por encima de lo que corresponde por ley, pero pide que se levante la conciliación obligatoria. En diálogo con trabajadores delegados de planta, la propia firma a través de sus directivos hizo saber que, de persistir este compás de espera, agravado por los días de conciliación obligatoria en los que no pueden tomar decisiones de ningún tipo, su situación financiera se vería comprometida y la promesas de pagar indemnizaciones por encima de lo que fija la ley entraría en riesgo. De ese modo, presionan a los trabajadores para ponerle un cierre al conflicto y bajar la persiana definitivamente.
Pese a los pedidos de la empresa, el Ministerio de Trabajo prorrogó ayer la conciliación hasta la semana próxima. El intendente Guillermo Britos recibió en su despacho a Santiago Bertone, titular de la delegación local de Trabajo, quien lo puso al tanto de las negociaciones, e informó al jefe comunal sobre la nueva conciliación obligatoria. El diario La Razón de Chivilcoy informó que Britos le expresó a Bertone en el encuentro su intención de que dentro de lo posible se levante la conciliación obligatoria, para permitir que Perchet, subsidiaria de Paquetá, y los trabajadores sigan las negociaciones. La conciliación, a criterio del intendente, complica la negociación.