Si antes el Black Friday era sinónimo de alegría, debido a que inauguraba la temporada de compras navideñas en los Estados Unidos, a partir del viernes pasado la expresión quedó prendada a uno de los acontecimientos más infames, espeluznantes y problemáticos de la historia política contemporánea no sólo de la nación norteamericana sino del mundo. Además de convertirse en el presidente número 45 de su país, Donald Trump acaba de consagrarse como el mandatario más impopular en la faz de la Tierra. Lo que se encargó de recordarle la escena artística estadounidense, en un hecho sin precedentes, a la que se sumaron las de otras partes del mundo. Por lo que Al punto de que al recital que ofreció el jueves en el Lincoln Memorial asistieron 10 mil personas, lo que se torna en un chiste en comparación a los 400 mil espectadores que acudieron al show que brindó Barack Obama en su primera investidura, en 2009.
Mientras que Bob Dylan, R.E.M. o Michael Jackson actuaron para Bill Clinton, Ricky Martin lo hizo para George W Bush, y Beyoncé, Bruce Springsteen, Aretha Franklin, U2, James Taylor, Jay Z se entregaron a Obama, la mayoría de los invitados a participar en el recital de Trump le hicieron saber al flamante presidente estadounidense el desprecio que le tienen. Elton John, a través de su manager, le respondió con un contundente “No”. Al tiempo que el tenor Andrea Bocelli se guardó en silencio y el cantante de música electrónica Moby dijo que “Solo actuaría si Trump hace pública su declaración de impuestos”. Se negaron asimismo el rapero Ice-T, quien se excusó con un “Se me olvidó bloquear ese día en mi agenda”, la cantante galesa Charlotte Church, que lo llamó “tirano”, y los Beach Boys, los cuales contestaron que “reflexionarían sobre la propuesta”. Aunque también destaca el caso de la B-Street Band. Tras anotarse en el evento, la mejor banda de covers de Bruce Springsteen se retractó para no ofender a su ídolo y para que no los siguieran insultando.
A lo que Trump, con la prepotencia que lo caracteriza, arremetió: “Esto no es el cartel de Woodstock. No es un mega festival veraniego. Solo quiero a la gente”. Por lo que el equipo de la inauguración presidencial, a contrarreloj, armó una grilla, para el evento del Lincoln Memorial, de Washington, con lo que tenían a mano: el melódico one hit wonder Tony Orlando, el ignoto artista de dance DJ Olso, el músico de country Toby Keith, el pastor Travis Greene, la banda de rock alternativo 3 Doors Down, que pretende venir a la Argentina este año, el Coro Tabernáculo Mormón y Jackie Evancho. La teen idol de 16 años, encargada de cantar el himno estadounidense, y quien se dio a conocer en el reality America’s Got Talent, ante el aluvión de críticas que recibió, pues además tiene una hermana transexual (minoría atacada por el millonario republicano, junto a las mujeres, los homosexuales, los inmigrantes y los musulmanes), se defendió: “Pienso que esto es por mi país, y si la gente quiere odiarme por eso, me parece que lo hace por las razones equivocadas”.
El mismo jueves, horas antes de que Obama organizara una fiesta de despedida en la Casa Blanca, en la que se congregaron, entre otros, Paul McCartney, Bruce Springsteen, Beyoncé o Jay Z, y que se alargó hasta las cuatro de la mañana, se llevaron a cabo varias manifestaciones contra Trump. Quizá la más visible sucedió en Nueva York, donde los actores Robert De Niro, Alec Baldwin, Mark Ruffalo, Marisa Tomei y Julianne Moore, la cantante Cher, el documentalista Michael Moore y el intendente de la ciudad, el demócrata Bill de Blasio, al igual que organizaciones como Greenpeace, encabezaron la protesta We Stand United! (¡Nos mantenemos unidos!) en el Central Park West, frente al Trump Tower. Ante unas 25 mil personas, y desafiando al frío, estrellas de Hollywood y políticos unieron fuerzas para convocar una campaña de 100 días de “resistencia pacífica”. A la que le sucedió anteayer, en Washington DC, la Marcha de las Mujeres, para la que se esperaban 200 mil personas, incluso de México y Canadá.
Además de la marcha comandada por De Niro, quien expresó alguna vez que “deseaba pegarle una piña en la cara”, y Baldwin, cuya brillante imitación al magnate en el programa humorístico Saturday Night Live desató su furia (paradójicamente su hermano Stephen es, junto a Clint Eastwood, Mike Tyson o Jon Voigt, una de las celebridades que apoya al actual presidente estadounidense), en enero otras figuras del espectáculo dispararon munición gruesa contra Trump. Madonna afirmó: “No pudimos caer más bajo”, al tiempo que Meryl Streep le dedicó un enardecido discurso tras ser tributada en los Globos de Oro. Y hasta circuló un clip en el que actores del calibre de Matthew McConaughey, Emma Stone y Amy Adams recitan y cantan I Will Survive, clásico de Gloria Gaynor, a manera de símbolo anti-Trump. Pero eso no es todo: antes de que el mandatario pisara la Casa Blanca, bandas como Arcade Fire y Gorillaz le dedicaron sus primeros temas, y su asunción provocó la vuelta a los escenarios del supergrupo Audioslave. Y esto recién empieza.