Audacia: ése es el nombre del programa que decidió usar Klein hace unos años para despuntar el vicio de componer su música: Audacity, el software amateur de descarga gratuita. Haciéndole honor al título del programa, los desconcertantes e hipnóticos collages de esta artista tienen la osadía de quien hace lo que quiere, quizás porque no tiene otra alternativa. Eso deben haber interpretado Björk, que se la llevó de gira en búsqueda de la audacia perdida, y también Arca, productor de la islandesa, de Kanye West y de FKA Twigs.

Que esta señorita oriunda de South London, pero con el cuerpo y el alma orgullosamente nigerianos, sea parte de la corriente edición del Festival Hyperlocal invita casi tanto a pellizcarse como sus fantasmagóricos montajes sonoros. Entre la vanguardia electrónica y la retaguardia, esta fan de la música gospel, el pop de Brandy, los musicales de Andrew Lloyd Webber y raperos como Soulia Boy, mezcla ruido y musicales de Disney con música industrial, logrando una belleza revulsiva pero nunca chocante, como exhibió anoche en su residencia en el CASo, en la Casa del Bicentenerio, junto a los locales de ADSR. Y como podrá catarse nuevamente mañana a las 23 en La Confitería.

“En el futuro amaría tener la capacidad para mantener los shows en vivo más cerca de las grabaciones; pero entonces seguro que me voy a aburrir demasiado y voy a terminar haciendo nuevas cosas para el show. Ya tengo unas 20 horas de material fresco de las performances en vivo”, dice Klein. Y cuando se le pregunta por ADSR, orquesta de improvisación de músicos de Florencio Varela, dice que “fue divertido” tocar con ellos. “Todos parecen tener el mismo enfoque que yo para hacer música”, reconoce sobre el proyecto que lleva por nombre la sigla que remite a las cuatro instancias de la envolvente acústica: attack, decay, sustain y release.

Klein fue uno de los últimos artistas editados por el sello Hyperdub, con el que el año pasado sacó Tommy: una ópera post moderna en la que demuestra tanto su talento para el collage como su capacidad para jugar a inventarse roles. “La experiencia de hacer Tommy fue cool pero ambigua: supongo que todos lo ven como un disco pero yo estaba pensando en la guerra. Por eso creo que suena muy muy viejo, de segunda mano, no suena para nada moderno”, dice sobre este álbum caótico, oscuro pero esperanzado, hiperconsciente de su identidad mutante y revulsivamente hermoso.

Además de estar muy vinculada con la comunidad online Naijaland (el foro africano más grande según Forbes), Klein también se animó a dirigir la obra de teatro Care, un emotivo y celebrado musical sobre la inclusión. Y sus letras no mienten: ella viene de la poesía. “Básicamente quería hacer una obra donde mezclar el sistema asistencial con las princesas de Disney; me habían propuesto hacer performances en vivo pero yo tenía la idea de agarrar a dos hermanos a los que intentan separar por fumar marihuana, y jugar con que de repente estuvieran en Disney World”, aclara para que oscurezca una vez más Klein, cuya visita es una inesperada pero efervescente sorpresa.

* El Festival Hyperlocal continúa hoy de 18 a 23 con shows en vivo en la Galería Alto Refugio, Paysandú 2036, y trasmisión online de las actividades en Londres (grilla completa en http://festivalhyperlocal.org).