Rusia y Ucrania se vieron envueltos ayer en una peligrosa escalada naval en el mar de Azov. El conflicto comenzó cuando la guardia costera rusa apresó tres buques de la Armada ucraniana y cerró unilateralmente el estrecho de Kerch, que separa los mares Negro y Azov. La Unión Europea (UE) y la alianza militar OTAN pidieron poner paños fríos.
La Armada ucraniana denunció en un comunicado publicado en su cuenta de la red social Facebook que las lanchas del servicio de guardacostas ruso abrieron fuego contra la flotilla ucraniana que se dirigía ayer por la mañana desde el puerto de Odessa en el mar Negro hasta el de Mariúpol en el Azov. El ataque habría sido realizado por una lancha guardacostas del Servicio Federal de Seguridad (FSB, ex KGB) en aguas neutrales después de abandonar la zona de 12 kilómetros de aguas territoriales rusas. Kiev acusó a Moscú de herir a varios tripulantes.
Por su parte, Rusia explicó que abrió fuego tras acusar a buques de la Armada ucraniana de violar sus aguas territoriales al intentar circunnavegar la península de Crimea. “Hoy, hacia las 07:00 horas de Moscú, tres buques de la Armada ucraniana se adentraron ilegalmente en aguas territoriales de la Federación Rusa”, informó la dirección de fronteras del FSB de Crimea.
En todo caso, los barcos ucranianos siguieron su curso pese a no tener permiso para cruzar el estrecho, donde rige un reglamento de concesión de permisos de tránsito y un horario establecido por las autoridades portuarias rusas, que Kiev considera discriminatorio. La tensión en la zona ha ido en aumento desde la inauguración en mayo del puente de 19 kilómetros que une Crimea con Rusia, tras lo que Moscú incrementó notablemente el número de inspecciones de los buques a su paso por el estrecho de Kerch, hecho que Ucrania considera como un bloqueo, de facto, de sus puertos de Azov.
“Su objetivo es evidente: crear una situación de conflicto en la región. Al adoptar unas decisiones tan peligrosas e irresponsables, los dirigentes ucranianos deberían pensar en las consecuencias de sus actos”, afirmó el FSB, quien posteriormente informó que otros dos buques artillados ucranianos partieron del puerto de Berdiansk, pero que ya han regresado a su lugar de procedencia. Por ese motivo, la empresa portuaria que gestiona el tránsito en la zona cerró provisionalmente y por motivos de seguridad el estrecho para los barcos civiles bloqueando el acceso al puente de Crimea con ayuda de un gran buque mercante.
“Ante nuestros ojos se está produciendo una provocación de los militares ucranianos en el estrecho de Kerch. No hay duda de que ha sido ideada con un único objetivo: obligar a Rusia a poner coto a esa provocación y entonces describir la reacción rusa como una agresión”, dijo Konstantín Kosachov, jefe del comité de Asuntos Internacionales del Senado ruso. El senador advirtió de que dicha provocación no prosperará, pero reconoció que era rentable políticamente, ya que, haga lo que haga, Kiev contará con el apoyo de la Unión Europea y la OTAN.
Mientras, la Cancillería ucraniana demandó a la comunidad internacional que condene con claridad la agresión rusa, ya que, argumentó, tales acciones representaban una amenaza para la seguridad de todos los países de la región del mar Negro. La OTAN oyó el llamado y pidió contención a Rusia y Ucrania, además de instar a Moscú a permitir la libre circulación de los barcos ucranianos en sus aguas territoriales.