Vélez logró su primer triunfo como visitante en la Superliga, gracias a una sólida actuación en Santa Fe sobre Unión, al que superó por 2 a 0.
Era un atractivo partido en la previa, por la elasticidad que suelen mostrar los equipos de Gabriel Heinze y el orden de los de Leonardo Madelón. Es cierto que el tempranero gol de Domínguez modificó las estructuras, porque apareció dentro del área con una diagonal al espacio y recibió una gran habilitación del Monito Vargas para definir de media vuelta al ángulo del primer palo y dejar sin chances a Nereo Fernández.
Desde la conducción de Gastón Giménez, el Fortín manejó el encuentro, con la verticalidad de Domínguez y Vargas, más la frescura del juvenil Almada, para justificar el resultado. Unión sufrió la falta de ideas en la gestación y tuvo que recurrir a remates de media distancia, como el de De Iriondo, que se fue ancho por el palo derecho de Hoyos.
En el complemento, la tónica del partido no se modificó, Madelón buscó cambiar el aire con las modificaciones, pero la defensa de Vélez funcionó a la perfección, con un orden e intensidad envidiables.
Un tiro libre en la puerta del área fue la oportunidad justa para los de Liniers para liquidar la historia y el ingresado Robertone no falló, acarició la pelota para ponerla en el ángulo izquierdo de Fernández, que ni siquiera pudo reaccionar.
Pudo haber sido más amplia la diferencia para el Fortín, pero Ramis llegó exigido a la pelota en un contragolpe en el que definió afuera. Igual nada hizo peligrar la victoria de Vélez, que selló una buena producción en Santa Fe para seguir creciendo en la tabla de posiciones.