“La mejor forma de recordar a estos dos laburantes es seguir construyendo organización popular, lucha, esperanza y un proceso de transformación para que se vayan estos ladrones y asesinos y, por lo menos, podamos conquistar tierra, techo y trabajo y un poquito de justicia para los de abajo.” Así concluyó el titular de la Confederación de los Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Juan Grabois, su intervención en el en el cierre de la movilización que encabezó junto a la CTA Autónoma, Barrios de Pie, la Corriente Clasista y Combativa, el Frente Popular Darío Santillán y el Frente de Organizaciones en Lucha para repudiar los asesinatos de los militantes Rodolfo Orellana y Marcos Soria, ocurridos en las provincias de Buenos Aires y Córdoba, respectivamente, y exigir justicia. También acompañaron organismos de derechos humanos y dirigentes políticos. 

La movilización de protesta se inició alrededor de las 11 de ayer desde la Avenida de Mayo, pasó por la Casa de las provincia de Buenos Aires y culminó en la de Córdoba, los distritos donde Orellana y Soria fueron asesinados con impactos de balas de plomo que, según los testigos, fueron disparadas por efectivos de las policías locales. 

Donde culminó la movilización, Grabois señaló a la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, y al Gobierno como los “responsables de estos dos crímenes de Estado”. “Es la doctrina Chocobar, la del caso Maldonado, con la que nos estamos enfrentando, la del ‘condecoremos al asesino, al que más pega’”, continuó. 

El dirigente de la CTEP, uno de los referentes del flamante Frente Patria Grande, que refleja una construcción de unidad entre varios movimientos sociales y agrupaciones políticas que empujan la candidatura de Cristina Fernández de Kirchner a la Presidencia en las elecciones de 2019, “no es casual que todo esto se dé justo en los días previos al G-20”. “Así funciona la barra psicológica, atemorizándonos para que Mauricio Macri se pueda mostrar como un prolijo alumno de los poderosos del mundo”, a quienes Grabois calificó no como neoliberales, “porque neoliberal era Milton Friedman, sino mafiosos corruptos, violentos, intolerantes y ladrones”.

En la Casa de Buenos Aires, el secretario general de la CTEP, Esteban “Gringo” Castro, contó sobre la “bronca” que les dio la muerte de los dos militantes “que estaban acompañando” una toma de tierras en el partido bonaerense La Matanza y una movilización en repudio a la violencia institucional en Córdoba. “Cada vez que se muere un militante popular es como si se muriese una parte nuestra. Las muertes de nuestros compañeros y nuestras compañeras en los barrios populares son la consecuencia de una política de hambre, de saqueo y de represión”, sostuvo con la ayuda de un micrófono, durante la primera parada para protestar por los asesinatos de Orellana y Soria. 

Allí, Castro abogó por la unidad de los movimientos sociales, los trabajadores, los espacios políticos. “O salimos como ellos quieren, a mostrar violencia y a romper la paz social. O salimos como venimos haciendo desde hace muchos años: queremos la paz pero como fruto de la justicia social y por eso vamos a pelear hasta las últimas consecuencias”, dijo.  En ese sentido, insistió en que “para que esto suceda se necesita muchísima unidad”. “Ya está clara la definición del Gobierno: quieren ajuste, no quieren trabajo para los sectores populares y nos quieren hambrear. Nosotros queremos techo, queremos tierra y queremos trabajo y eso se logra en unidad”, confirmó. 

Otro orador que abogó por la unidad fue el secretario de derechos humanos de la CTEP, Lito Borello, quien señaló que a “los poderosos” que “no encuentran otra manera que violentar a la sociedad para poder implementar un modelo de dominación, de hambre, miseria y muerte, este país inmensamente rico pero con un pueblo empobrecido les muestra en las calles, en cada barrio, en cada comedor, que nos estamos juntando, nos estamos organizando, que sabemos diferenciar entre los que estamos del lado del pueblo y nuestro enemigo, y que no nos están venciendo”.

La movilización estuvo encabezada por una columna con una bandera que señaló: “Justicia Rodolfo Orellana y Marcos Soria” y también convocó a dirigentes de organismos de derechos humanos, como la agrupación Hijos y la madre de Plaza de Mayo Nora Cortiñas, y sindicalistas como el secretario adjunto de Camioneros, Pablo Moyano. Orellana y Soria, integrantes de la CTEP, murieron en episodios en los que las organizaciones sociales denuncian violencia policial.