El Gobierno estableció el pago de 1500 pesos por única vez a los titulares de la Asignación Universal por Hijo (AUH). El bono será efectivizado en diciembre. Con esa decisión se busca amainar el impacto de la escalada de precios sobre el poder adquisitivo de los hogares más vulnerables. Se suman a los 1200 pesos adicionales que fueron pagados en septiembre. Entre el bono de septiembre y el de diciembre, la AUH quedaría más o menos empatada con la inflación a lo largo del año. Por otro lado, esos 1500 pesos por hijo para diciembre implican la inyección de casi 6 mil millones de pesos al mercado interno, lo cual puede generar cierto dinamismo en las alicaídas ventas. Los jubilados todavía no recibieron ninguna compensación y sus haberes registran una pérdida de veinte puntos porcentuales frente a los precios.
La evolución de la inflación en relación a los ingresos a lo largo del año determinó un fuerte deterioro de las condiciones socio-económicas, especialmente de los sectores de menores ingresos. El Indec informó la semana pasada que los precios de los bienes y servicios que componen la canasta básica total subieron un 7,5 por ciento en octubre frente al mes anterior. En cuanto a los alimentos mínimos que se requieren para no ser indigente, el avance mensual en octubre también fue del 7,5 por ciento. En los últimos doce meses, la canasta de pobreza subió un 54,6 por ciento y la de indigencia, 51,5 por ciento. Son valores que están por encima de la inflación general del período y que superan holgadamente la evolución de salarios, asignaciones y jubilaciones.
Los precios ganaron por goleada a los salarios. Se estima que con respecto al año pasado, el diferencial es de entre el 8 y el 14 por ciento en contra de los salarios. En forma acumulada a lo largo del año, los trabajadores habrán perdido alrededor de un salario entero en manos de la inflación, lo cual deja en evidencia que el bono de 5 mil pesos que el Gobierno estableció por decreto para el sector privado a instancias de una negociación con la CGT no compensa el deterioro de los ingresos.
La Asignación Universal por Hijo comenzó el año en 1412 pesos. El último aumento de 2018, de 7,78 por ciento en diciembre, ya fue oficializado por el Gobierno y llevará la AUH hasta los 1827 pesos mensual por hijo. Eso implica una suba del 29,4 por ciento en 2018. Teniendo en cuenta que la inflación terminaría este año en no menos del 48 por ciento, la AUH tendría que haber llegado en diciembre a los 2089 pesos para equilibrar a los precios.
Ante esta situación, el Gobierno otorgó un bono de 1200 pesos en septiembre y otro de 1500 pesos en diciembre, ambos por única vez, lo cual a grandes rasgos permite ajustar el poder adquisitivo de la AUH para 2018. Sin embargo, la AUH arrancará 2019 en un nivel de poder adquisitivo muy por debajo de los precios. Como la actualización de las asignaciones, junto a las jubilaciones, corre con dos trimestres de latencia frente a la inflación, se espera que en marzo de 2019 la suba sea de alrededor del 11 por ciento, lo cual ubicaría el valor mensual de la asignación en 2040 pesos por hijo. La fórmula de movilidad contempla el 70 por ciento de la variación trimestral del IPC del Indec y el 30 por ciento de la evolución salarial que mide el Ripte. La diferencia de la evolución de la AUH y de las jubilaciones frente a la inflación no sólo se explica porque los aumentos vienen con retraso frente a los precios y salarios sino también porque el Gobierno –luego de la aprobación de la nueva ley de movilidad– esquivó el primer aumento de enero y lo otorgó recién en marzo pasado.