El abogado Jorge Knoblovits fue elegido como nuevo presidente de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), la representación política de la comunidad judía. La lista de Knoblovits derrotó por 81 votos a 41 a la que encabezó Leonardo Jmelmitsky y que agrupaba a los sectores religiosos más ortodoxos. Esos sectores ya encabezan la mutual judía AMIA, pero no terciaban hasta ahora en la representación política, por lo que aspiraban a quedarse con todo. El presidente de la AMIA, Agustín Zbar, fue casi el vocero de la ofensiva para impedir el triunfo de Knoblovits con mensajes durísimos, del estilo “hoy empezó el final de la DAIA” y otros semejantes. La asamblea de las instituciones judías fue bastante escandalosa, sobre todo por el papel de la corriente que terminó teniendo la minoría.
Una interpretación inicial es que en la comunidad judía hay una demanda de una representación más flexible que no obstaculice, por ejemplo, que un integrante de la comunidad, convertido al judaísmo, pero que no tiene una madre judía, pueda ser enterrado en los cementerios judíos. Además, gran parte de los integrantes de la comunidad son socios de las entidades sociodeportivas como Hacoaj, Hebraica, Macabi o Cissab y aspiran a un modelo más abierto. Es decir que el 81 a 41 le pone un límite al esquema más cerrado y ortodoxo, aunque la AMIA sigue respondiendo a ésta última corriente.
Desde el punto de vista de la relación con las causas judiciales vinculadas al atentado contra la AMIA, es posible que no haya cambios muy notorios, aunque Knoblovits, en su momento, dijo que no estaba de acuerdo con la idea de que la DAIA sea querellante, es decir que impulse la causa contra Cristina Fernández de Kirchner y Héctor Timerman por el Memorándum con Irán. “La DAIA no debe querellar a la política”, dijo hace dos años el ahora presidente. Sin embargo, la dirigencia judía jugó un papel más que criticable respecto del juicio por los desvíos en la investigación del atentado. Los abogados de la institución, así como los de la AMIA, jugaron a favor de la absolución de los fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia; apuestan a salvar también al ex presidente de la DAIA Rubén Beraja y tendieron a minimizar la maniobra por la que se le pagaron 400 mil dólares al armador de autos Carlos Telleldín para que declare y le eche falsamente la culpa del ataque contra la AMIA a un grupo de policías bonaerenses. En este juicio, que está cerca de terminar, la dirigencia estuvo muy enfrentada con los familiares de las víctimas, sobre todo con los agrupados en Memoria Activa.
En los últimos años, la conducción de la comunidad judía fue el origen de algunos de los cuadros que hoy ranquean alto en Cambiemos. El rabino Sergio Bergman; el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj; el diputado Waldo Wolff y el propio Zbar juegan papeles importantes en el elenco de la alianza gobernante. Knoblovits no está en este núcleo y habrá que ver los niveles de independencia de la nueva mesa directiva respecto de la Casa Rosada.
Una tormenta que claramente está en el horizonte es la que se vio ayer, con la furiosa embestida de Zbar, en nombre de los religiosos más ortodoxos. La DAIA desde hace muchos años funciona en el edificio de Pasteur 633 y todo indica que habrá una fuerte presión de la AMIA, o sea de la ortodoxia religiosa, propietaria del edificio, para que la DAIA se vaya. Es posible que se hagan esfuerzos para poner paños fríos a un conflicto difícil de entender.