Los fiscales que investigan la trama rusa –conocida como Rusiagate– acusaron ayer a Paul Manafort, el ex jefe de campaña del ahora presidente estadounidense, Donald Trump, de mentirles tras haber llegado a un acuerdo con ellos para cooperar a cambio de una condena reducida.
En un documento judicial, los fiscales a las órdenes de Robert Mueller aseguraron que las “mentiras” de Manafort sobre “una variedad de temas” –que no detallaron– constituyen “violaciones al acuerdo” que alcanzaron hace dos meses cuando el ex jefe de campaña de Trump se declaró culpable de varios delitos financieros.
Los fiscales pidieron a la magistrada del caso, Amy Berman Jackson, que fije una fecha para dictar sentencia. Esa petición a Jackson la secundaron también los abogados de Manafort, que defendieron que su cliente “cree que ha ofrecido información veraz” a los fiscales en los múltiples encuentros que han mantenido.
A cambio de su colaboración con la investigación de Mueller, Manafort esperaba recibir una condena no superior a los 10 años de cárcel por los delitos de fraude de los que se declaró culpable, aunque ahora los fiscales podrían imputarle nuevos cargos.
Manafort supuestamente trabajó entre 2006 y 2017 para Gobiernos extranjeros sin comunicárselo al Ejecutivo de EE.UU. ni cotizar al erario público, como dicta la ley.
De hecho, Manafort tuvo que dimitir como jefe de campaña de Trump tras descubrirse que había ocultado a las autoridades un pago de 12,7 millones de dólares que recibió por asesorar al depuesto presidente ucraniano Víktor Yanukóvich (2010-2014).
Mueller y sus fiscales investigan la supuesta injerencia del Kremlin en los comicios presidenciales de 2016, así como los posibles contactos entre miembros de la campaña de Trump y funcionarios rusos.
El proceso contra Manafort es producto de la investigación de Mueller, aunque no está relacionado con las actividades que desempeñó como jefe de la campaña de Trump.