La novela eterna de la superfinal entre River y Boca por la Copa Libertadores escribió ayer otro capítulo. Los presidentes de ambos clubes presentaron queja y descargo, respectivamente, ante la Conmebol que, a través de un comunicado oficial, comunicó que la final se jugará fuera de la Argentina –posiblemente en Paraguay, según trascendió ayer– siempre que el Tribunal de Disciplina del órgano rector del fútbol sudamericano desestime el pedido oficial de los xeneizes, quienes pretenden que el equipo millonario sea descalificado para así, en consecuencia, adjudicarse el título.
La dirigencia de Boca, con Daniel Angelici a la cabeza, presentó ante la Conmebol un documento de 26 páginas en las que presenta sus argumentos y numerosas pruebas para justificar su pedio de descalificación. De prosperar su solicitud, la superfinal dos veces suspendida el último fin de semana a raíz del ataque a piedrazos y botellazos que un grupo de hinchas millonarios realizaron contra el micro que transportaba a los jugadores de Boca hacía el Monumental podría no jugarse.
Luego de la reunión que se produjo en la ciudad paraguaya de Luque entre Angelici, Rodolfo D’Onofrio, el presidente de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia y el titular de la Conmebol, Alejandro Domínguez, se comunicó en conferencia de prensa que “el partido se jugará, sujeto a la decisión de la Comisión Disciplinaria de la Conmebol, el sábado 8 o domingo 9 de diciembre y fuera del territorio argentino”. Fue el propio Domínguez el encargado de dar la noticia y, consultado sobre la reunión que acaba de sostener, comentó: “fue ameno y me preocupé por decirles a los presidentes que cuando se comuniquen con la gente manden el mensaje correcto, el fútbol no es violencia, no es lo que se vio el otro día”.
El propio Domínguez había emitido un comunicado de prensa el lunes en la fijaba su posición sobre el tema: “En la Conmebol que presido, el fútbol no se gana con piedras ni agresiones. Lo ganan los jugadores en la cancha”. Declaraciones que fueron cuestionadas por los xeneizes. “Cabe preguntarse si ello es así, ¿por qué existe el inciso 1 del artículo 18 en el Reglamento Disciplinario, que prevé entre las sanciones posibles la descalificación de una competición”, expresa Boca a través de su presentación. “La prudencia debe primar en estas instancias, y el presidente de la Conmebol debiera abstenerse de opinar públicamente sobre esta cuestión, ya que de esta manera está afectando gravemente la independencia del órgano disciplinario que debe resolver esta cuestión”, concluye el documento.
Por el lado de River, la dirigencia presentó el descargo que había adelantado el lunes y a través del cual busca diferenciar el ataque sufrido por los jugadores de River en 2015, el famoso “gas pimienta” en La Bombonera del perpetrado el sábado en las adyacencias del Monumental contra el micro del plantel de Boca.
La próxima palabra la tendrá la Unidad Disciplinaria de la Conmebol, cuyo fallo a propósito del pedido de Boca –que el partido no se juegue y los xeneizes sean proclamados ganadores de la final– se conocerá posiblemente mañana o incluso podría anticiparse durante la jornada de hoy.