El gobernador de Río de Janeiro, Luiz Fernando Pezao, fue detenido ayer en un operativo policial de la megacausa contra corrupción política “Lava Jato” (“Lavado de autos”), según informó la fiscalía brasileña. Pezao, en el cargo desde 2014, fue arrestado por la mañana el Palacio Laranjeiras, la sede oficial del gobernador del estado de Río. El canal Globo News mostró imágenes de Pezao bajo custodia policial.
Junto con el gobernador, compañero de partido del presidente Michel Temer en el conservador MDB, fueron detenidas otras ocho personas, según el Ministerio Público Federal. Los arrestos se llevaron a cabo en varias localidades del estado de Río de Janeiro y en el estado de Minas Gerais.
Pezao, un conservador social conocido por su apoyo a la cruzada evangélica, está acusado de participar en una enorme trama de corrupción que saqueó las arcas del estado de Río en los últimos años y por la que también está preso el antecesor de Pezao, Sérgio Cabral. Varios funcionarios y políticos son investigados por haber recibido sobornos de grandes constructoras para hacerse con obras públicas. Río desembolsó en la última décadas enormes sumas para obras de infraestructura, muchas de ellas relacionadas con los Juegos Olímpicos de 2016.
“Hay registros documentales, en las actas, del pago en especias a Pezao de más de 25 millones de reales (6,5 millones de dólares) en el periodo 2007-2015”, señaló la fiscalía. En concreto, 150.000 reales al mes (39.000 dólares) durante siete años, además de pagas extra y dos bonus de un millón de reales. En total, cerca de 10 millones de dólares -si se ajusta el total a la inflación actual- en dinero público. La Justicia justificó el arresto de un gobernador en ejercicio por el riesgo de obstrucción a las investigaciones. “La detención es necesaria para garantizar las operaciones en curso”, dijo la fiscal general, Raquel Dodge, durante una rueda de prensa en Brasilia. Pezao es el cuarto gobernador de Río detenido por corrupción. Estos eran los últimos días de Pezão al frente del Estado de Río. El político, del Movimiento Democrático Brasileño (MDB), había perdido las elecciones del mes pasado frente a Wilson Witzel, un candidato de perfil más parecido a Jair Bolsonaro, el ultraderechista vencedor de las presidenciales. El vicegobernador Francisco Dornelles asumirá el gobierno el mes restante y todo seguirá su rumbo hasta que, el 1º de enero, Witzel tome posesión. “El equipo del gobernador electo seguirá trabajando para cambiar y reconstruir Rio de Janeiro”, aseguró Witzel.
Entre las acusaciones a Pezão se detallan las artimañas del gobierno estatal para aprovecharse de los fondos públicos. O bien contrataban a empresas que inflaban sus precios y compartían el beneficio, o bien contrataban a empresas que pagaban sus retornos con servicios privados. Por ejemplo, la empresa High End, que recibió casi 100 millones de reales (22 millones de euros) por cubrir una autopista de paneles solares, recibió luego 300.000 reales (68.000 euros) para hacer lo mismo en la mansión de Pezão en Piraí.
Decenas de políticos, diputados y gobernadores están acusados de haber participado en la trama que ha puesto en jaque a prácticamente toda la clase política desde que revelada en 2014. El actual jefe de Estado, Temer, está bajo sospecha de haberse beneficiado de la red corrupta mientras el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) purga desde abril una pena de 12 años de cárcel, también por “Lava Jato”, aunque en su caso no se conocen pruebas de sus presuntos delitos.