El intendente de San Martín, Gabriel Katopodis, ya volvió de las vacaciones junto a su familia en el norte del país y participó de la primera reunión del Grupo Esmeralda donde comenzaron a delinear los planes para el primer tramo del año electoral. Antes de eso, Katopodis tuvo el raro privilegio de ser anfitrión de la rápida visita conjunta que hicieron a la colonia de vacaciones de su municipio el presidente Mauricio Macri y la gobernadora María Eugenia Vidal en la semana que coincidieron entre la vuelta de sus vacaciones de uno y la salida de vacaciones de la otra. Además de muy breve la visita tampoco tuvo mucha explicación porque no hicieron ningún anuncio.
–¿No pusieron nada en marcha en San Martín?
–No, en 2016 en San Martín no se puso un solo ladrillo. Nosotros necesitamos que los problemas de la ciudad se resuelvan con el gobierno nacional, provincial y municipal trabajando juntos. Necesitamos obras, la ruta 8 y escuelas que no se están construyendo.
–Es una queja repetida entre los intendentes peronistas. ¿Hay diferencias de trato con los intendentes del oficialismo?
–Nosotros trabajamos para que la gobernadora tenga el presupuesto para manejar la provincia, pero con el mismo énfasis planteamos que esos recursos tienen que estar destinados a las prioridades que tiene la provincia, que son seguridad y obra pública. Vamos a ser custodios de ese objetivo. Eso significa también llegar a los 135 municipios y, en el caso de San Martín, que la ruta 8 se pueda poner en marcha y no solamente se esté trabajando en los municipios alineados con el oficialismo. Esa obra hoy se está ejecutando en San Miguel y en Tres de Febrero cuando debería haber empezado en el punto cero de la ruta que es desde la General Paz. En reglas generales vemos un gobierno que sigue encerrado, lejos, con funcionarios con un libreto armado y pocos pies en la tierra. El saldo de 2016 fue que entre los ganadores estuvieron los bancos, las multinacionales, los sectores concentrados del agro, las mineras. Es un gobierno que se ocupa del costo fiscal sólo cuando se trata de poner plata en el bolsillo de los trabajadores. Y el costo fiscal más grave es una economía en recesión. En San Martín cayeron las ventas, la rentabilidad y tenemos problemas con las cadenas de pagos en las pymes y los comercios minoristas.
–Pese a lo que plantea, la gobernadora Vidal conserva buenos índices de imagen. ¿Qué debería hacer el peronismo ante este escenario?
–Es probable que Vidal conserve buena imagen. El peronismo tiene un desafío: ordenarse y proyectar un liderazgo nacional, y que el 2017 sea una buena plataforma para eso. Estamos convencidos de que hay muchos logros en los diez años que dejamos atrás, pero no creemos que sea atractivo ofrecerle a la sociedad volver. Tenemos que construir una propuesta de futuro y no solamente poner en agenda los reclamos de los distintos sectores afectados por las políticas oficiales.
–¿Con lo de “propuesta a futuro” quiere decir que ni Cristina Kirchner o Daniel Scioli deberían formar parte de esta oferta electoral?
–Todos los dirigente del peronismo, incluyendo los que menciona, seguro tienen mucho para aportar. También creemos que los intendentes tienen, no sólo la responsabilidad de ponerse al frente de este proceso, sino la de construir desde las coincidencias. Podemos tener diferencias, lo que hay es una coincidencia en cuanto que el gobierno de Macri todos los días toma decisiones que golpean a los trabajadores y a la clase media. Ese es el eje y los candidatos los vamos a resolver sanamente con las PASO. Hay que articular al peronismo, hay muchos peronistas que hoy no están acá.
–¿Se refiere a los del Frente Renovador?
–Sueltos. Son peronistas que votaron a Cristina en 2011 y por algún motivo no nos votaron en 2015. En esos años perdimos 20 puntos. Ahí hay trabajadores, sectores medios, gente preocupada por la inflación, por la seguridad, y nosotros no supimos interpelar e incluirla en nuestra propuesta. A esos sectores se los incluye haciendo política, el peronismo tiene que persuadir, convencer. No puede ser que el único eje ordenador sea una propuesta antimacrista. Tenemos que poder generar entusiasmo. Los que estén con más simpatía por Cristina, por Daniel Scioli o por Florencio Randazzo, todos tenemos que tener una cabeza abierta, inteligente. Armar una propuesta para interpelar al 60 o 70 por ciento de la gente que no cree que sea éste el camino.
–¿En el contexto de “mayor protagonismo” que plantea, algún intendente podría ser candidato en las elecciones de este año?
–Sí, el 2017 es una buena oportunidad para abrir una nueva etapa del peronismo y construir nuevos liderazgos, un recambio de nombres y la posibilidad de que intendentes que están gobernado sus ciudades y fueron legitimados hace un año, puedan encabezar esas listas. Sería muy bueno.
–Usted planteó el año pasado que Randazzo era el candidato que más le gustaba. ¿Reaparecerá en algún momento?
–Yo dije que era un dirigente con condiciones para liderar parte de este proceso. Tiene coincidencias con muchos de nosotros sobre los desafíos para que el peronismo se ponga de pie y se convierta en una alternativa competitiva. Venimos conversando con él y seguramente en febrero o marzo, cuando esto se vaya moviendo, lo tendremos en estos ámbitos de decisión. Ya veremos si en el papel de candidato o en otro rol.
Test del veraneante
–¿Qué red social prefiere: Facebook, Twitter o Instagram?
–No soy un fanático de las redes, me siento más cómodo en el mano a mano. Trabajamos básicamente con Facebook y Twitter.
–¿Lee en papel o se pasó al formato digital?
–En papel.
–¿Leyó algún libro en las vacaciones?
–Terminé de leer Los Oesterheld de Fernanda Nicolini y Alicia Beltrami. Muy interesante. No sólo por la historia de la familia sino porque narra todo el proceso de los últimos 40 años de la militancia y del campo popular.
–¿Qué prefiere a la hora del vermouth: Campari o fernet?
–No tomo nada de eso. Sólo vino tinto.