El Fondo Monetario Internacional redujo por segunda vez las proyecciones de crecimiento de la Argentina para 2017. En su último informe de Perspectivas para las Américas estimó un crecimiento del PIB del 2,2 por ciento para este año, cuando en octubre del año pasado lo proyectaba en 2,7 por ciento y en julio, en 2,8. El organismo había celebrado en forma pública las medidas ortodoxas del gobierno de Mauricio Macri, asegurando que iban a traer mayor inversión y estabilidad para la economía. Sin embargo, el FMI confirmó que en 2016 la economía cayó 2,4, por ciento, tras haber crecido 2,5 en 2015. En el equipo económico habían pronosticado un crecimiento del 0,5 por ciento para 2016. Los errores de diagnóstico fueron igual de pronunciados con la inflación: afirmaron que terminaría en 25 por ciento, pero cerró en 41 por ciento, la más alta en 25 años. El Fondo ya espera para 2017 una mayor inflación que el Gobierno.

Alejandro Werner, director del Hemisferio Occidental del FMI, se encargó de explicar que la floja performance de los últimos dos trimestres de 2016 llevaron al Fondo a bajar las perspectivas de crecimiento para 2017. El organismo ya había adelantado la semana pasada la baja en las proyecciones para el país, pero sin precisar las cifras. “Debido a que en el último semestre el producto creció menos de lo pronosticado han sido revisadas a la baja las proyecciones para 2017”, dijo Werner. No obstante, volvió a insistir en que las medidas de ajuste fiscal y monetario son necesarias para recuperar el nivel de actividad. “La continuidad del ajuste macroeconómico y los avances en el fortalecimiento del marco institucional apuntalarán la confianza de inversionistas en las metas fiscal y monetaria y propiciarán el repunte de la inversión privada”, dijo. El blanqueo y las obras de infraestructura pública, agregó, serán los motores de expansión este año. 

Brasil, el principal socio comercial de la Argentina, atraviesa un ciclo económico de fuerte estancamiento. El informe del FMI estimó una recesión del 3,5 por ciento en 2016 y una leve suba del 0,2 por ciento para 2017. La economía local depende en gran medida de la performance del mercado brasileño, puesto que es uno de los principales compradores de las exportaciones argentinas. En lo que refiere a Chile, se registró una suba del 1,6 por ciento para 2016 y hay previsiones de crecimiento de 2,1 para 2017; en Colombia, del 1,2 y del 2,6, y en Perú, del 4,0 y 4,3. Para América latina se computó una merma del 2,3 por ciento el año pasado y se espera suba del 0,8 en 2017.   

El Fondo le recomendó a los países de la región aplicar esquemas de tipo de cambio flexible para enfrentar las condiciones externas más volátiles. “La flexibilidad cambiaria le ha reportado marcados beneficios a la región y debe seguir siendo la primera línea de defensa ante los shocks. Los firmes marcos de política monetaria en la región sirven para limitar el efecto de traspaso de los tipos de cambio a los precios al consumidor”, dijo el Werner. La Argentina se jacta en cada conferencia del Banco Central de aplicar un programa de tipo de cambio flexible con metas de inflación, lo que sigue al pie de la letra las recetas del Fondo.  

El FMI no le cree a Federico Sturzengger, titular del Banco Central, cuando dice que cumplirá su objetivo de limitar la inflación en 17 por ciento este año. En su informe, si bien dijo que disminuirá respecto del 41 por ciento anotado en 2016, el FMI la ubicó por encima de la meta del país. “Se prevé que la inflación permanezca levemente por encima de los objetivos fijados por la autoridad monetaria”, señaló Werner. Las consultoras de la city, al igual que el Fondo Monetario, consideran que los precios de este año se ubicarán por encima del objetivo planteado en el programa de metas de inflación. En el informe de Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que publica el Central, ubicaron la inflación minorista en promedio en 21 por ciento para 2017. Algunas consultoras, tomando en cuenta las subas pautadas para el primer trimestre, ya la estiman arriba del 30 por ciento.