Luego de haber reemplazado a los personajes que adornaban los billetes de circulación nacional por inocente animalitos, el gobierno de Mauricio Macri sigue su obstinado combate contra la historia. Ni la recordación de las muertes de San Martín y Belgrano ni el 24 de Marzo serán este año conmemoraciones inamovibles. Si lo será el día de la Virgen que se celebra el 8 de diciembre, decisión que no parece apropiada para un país que no reconoce un culto oficial. El traslado de la conmemoración del Día de la Memoria constituye una falta de respeto hacia los centenares de miles de personas que se movilizan ese día y que lo seguirán haciendo aunque se adopte esta medida para dificultarlo. Pero, sobretodo, esta consideración del 24 de Marzo como una fecha menos importante que otras es un nuevo avance en el intento de banalizar la historia reciente, desandando un proceso de memoria que debe considerarse como una construcción social que ya es patrimonio de todos los argentinos. No se me ocurre que pueda hoy subestimarse la significación del 24 de Marzo. Porque nos recuerda un pasado dramático y doloroso cuyas huellas –hoy más que nunca– siguen muy presentes en la sociedad argentina, porque los grandes crímenes contra la humanidad no pueden ser considerados menos importantes que ninguna otra cosa y porque millones de argentinos siguen encontrando en ese pasado reciente inspiración para pensar en el país más justo que los golpistas del 24 de marzo se propusieron impedir.
* Ex director del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti.