El problema no fueron las fallas en el operativo de seguridad que condujo al micro de Boca Juniors a un grupo de hinchas de River ni siquiera de los “violentos” que arrojaron piedras contra los jugadores en la zona en la que no había cordones policiales. Para el presidente Mauricio Macri, la Conmebol decidió disputar la postergada superfinal entre River y Boca en el estadio Bernabéu del Real Madrid y “castigarnos” por culpa de la escupida que recibió el presidente de la FIFA Gianni Infantino en la confitería del Monumental, episodio que consideró “muchísimo más grave de lo que pasó en la calle”.
El Presidente volvió a pedir una “profunda reflexión de parte de todos” por los hechos de violencia que se vivieron el fin de semana en que estaba prevista la final. Pero esta vez no apuntó contra los dirigentes del fútbol, grupo del que alguna formó parte, ni tampoco contra los barrabravas que tiraron las piedras. Sin mencionar el operativo que permitió la emboscada, del que participaron fuerzas federales, apunto contra “los violentos que escupen a otra persona”.
“A mí me parece mucho peor que unos violentos que tiran piedras a un colectivo, los violentos que escupen a otra persona que tienen al lado. Me parece inaceptable lo que pasó en el ingreso de la confitería de River con las autoridades del fútbol internacional”, puntualizó el mandatario al hablar de esa "degradación”. Luego, insistió en que ese acto “tiene mucho más que ver en la decisión de castigarnos y no dejarnos tener la final en la cancha de River” e “influyó mucho más esta cuestión que lo que pasó en la calle”.
Justamente cuando la Conmebol anunciaba el traslado de la final a España, el Presidente mantenía un encuentro informal con Infantino. A la par del anuncio del presidente del organismo sudamericano en Asunción, en el Museo Casa Rosada Macri aprovechó la presencia del suizo para dialogar un par de minutos, una vez concluido el brindis de agasajo al presidente del Consejo de Ministros de Italia, Giuseppe Conte que estaba en Argentina por el G20.
Antes de la confirmación de que España albergaría al superclásico copero, el mandamás de la FIFA le había preguntado al propio líder de Cambiemos “si era cierto que el partido se iba a disputar en Madrid”, según destacó la agencia Noticias Argentinas.