Un acto de indisciplina radical, muchos pensamientos en acción, puede acontecer en el lugar menos esperado, con el murmullo del mar de fondo y la arena entre los pies. Hay una frase del filósofo francés Maurice Merleau-Ponty que podría condensar el sentido de una fiesta multidisciplinaria que nació en Francia y se propagó por varias ciudades de Europa, América y Asia: “La certeza injustificable en un mundo que nos sea común es para nosotros la base de la verdad”. Después del inicio en París en 2016, llega por primera vez a la Argentina –al Viejo Hotel Ostende, más específicamente– “La Noche de las Ideas” (NDI), un encuentro cultural con entrada libre y gratuita que reúne a intelectuales, científicos, escritores, artistas, poetas, narradores y músicos para reflexionar sobre una temática especial desde distintas perspectivas. El tema escogido para la NDI, que se realizará mañana y el viernes en más de 40 países, será “Un mundo común”. Desde la singularidad de las vacaciones, la apropiación del tema tendrá como variante “(ex) playarse sobre la playa”. La programación de “La Noche de las Ideas”, organizada por la Embajada de Francia en Argentina, el Instituto Francés, el Viejo Hotel Ostende y la municipalidad de Pinamar, incluye charlas, mesas redondas, performances, proyecciones de películas, lecturas de cuentos, poesía para niños, recitales, exposiciones y gastronomía.
Historiadores franceses y argentinos como Esteban Buch, Bernard Toulier, Ricardo Watson, Diana Wechsler y Marcelo Huernos disertarán sobre la evolución de las representaciones y prácticas del universo playero y de los balnearios a través de la música, del arte pictórico y de la fotografía. Biólogos y geógrafos como Luis Cappozzo, Laurent Durieux y Alejandro Winograd se zambullirán en el universo oceánico para descubrir el mar y sus moradores no humanos. Filósofos, psicoanalistas, antropólogos, politólogos y ensayistas como Marcelo Raffin, Lucas Martín, Juan Eduardo Tesone, Gabriel Noel, Alejandro Katz y Guillaume Boccara, reflexionarán sobre el lugar que ocupa la playa en las sociedades actuales. Escritores y narradores como Carlos Bernatek, Ana María Bovo, Marcela Lescinkas, Matilde Sánchez y Esteban Feune de Colombi abordarán la relación de la literatura con la playa y el mar. Habrá performances en la playa con Arthur Des Radis y sus canciones francesas y el jazz gitano de Los Caravana.
“La Noche de las Ideas es un proyecto del ministerio de Asuntos Exteriores y del Instituto Francés para promover un diálogo horizontal. Lo interesante es que comenzará al Este del mundo, en Tokio, y terminará al poniente, en Los Angeles; es como un viaje alrededor del mundo a la manera de Julio Verne, solo que no lo vamos a hacer en ochenta días sino en una noche”, cuenta Yann Lorvo, director del Instituto Francés en la Argentina a PáginaI12. “Cuando el equipo de Asuntos Exteriores nos informó que la fecha para el mundo era el 26 de enero fue casi una catástrofe, porque en Buenos Aires es imposible organizar algo, todo el mundo está de vacaciones en la costa. Hicimos una investigación para ver si había una ciudad en particular que podía tener una relación con las ideas, el debate y la literatura. Y llegamos a Los que aman, odian, la novela de Silvina Ocampo y Adolfo Bioy Casares, que sucede en un hotel de la costa inspirado en el Viejo Hotel Ostende. Entonces organizamos una primera reunión con la dueña del hotel, Roxana Salpeter, para ver si le podía interesar. Y aceptó inmediatamente”, explica Lorvo.
Guillaume Boccara, doctor en Antropología y director del Centro Franco Argentino, analiza el tema de esta primera edición. “El mundo común no es una afirmación sino una pregunta o un problema, también quizás un desafío y una ilusión. Hay que pensar un mundo común porque no se puede escapar de la globalización: cómo podemos ser sujetos y no meros objetos. Tenemos que imaginar una comunidad posible, dado que estamos en un período de crisis y desafíos, con mucha desigualdad y guerras. ¿Cómo se puede imaginar una nueva comunidad en un mundo común? ‘La Noche de las Ideas’ es un evento casi performativo: se va a hacer algo hablando, como decía J.L.Austin, cuando decir las cosas es hacer las cosas. La idea es pensar la globalización desde lo local, lo que se llama glocalización, cómo aprehendemos la globalización desde este lugar. Se trata de la lógica brasileña de la antropofagia, de apropiarse, de digerir, algo que viene de afuera, para construir no un universalismo etnocéntrico, sino un pluriuniversalismo y ver cómo podemos pensar desde la Argentina un mundo común”, plantea Boccara.
“El verano es un momento en que uno tiene la ilusión de romper con la cotidianidad y cree en la horizontalidad: estamos en la playa y tenemos la fantasía de que somos todos iguales. Pensemos por qué aceptamos más o menos esa idea de que hay un momento en que necesitamos escaparnos de la norma, de la jerarquía y de la rutina profana de lo social para ir hacia algo más sagrado, hacia un sueño igualitario, casi un comunismo primitivo, de la vuelta a la naturaleza, sabiendo que hay algo cierto en eso, pero también hay mucha ilusión, porque de repente matan a más de 30 personas en un acto terrorista en una playa en Túnez. Nuestra idea no es ser aguafiestas ni tampoco echarle sal a las heridas sociales, sino combinar una necesidad reflexiva y crítica –aclara Boccara–. Lo que se reivindica es la necesidad de volver a una concepción de gasto en ‘pura pérdida’, como decía George Bataille, para construir algo en común y evitar la mercantilización total de las relaciones sociales. El balneario sustentable del futuro se construye a través de lo común y no solamente desde lo individual y lo privado”.
Como antropólogo, Boccara propone debatir el balneario como un invento cultural. “El pueblo mapuche costero en Chile no tiene balneario. Ese corte entre tierra y mar no existe –advierte–. De hecho, su territorio se llama lafken mapu, que significa tierra del mar. Y además, el otro lado del mar es el lado de los muertos y los ancestros. Uno no puede bañarse ni nadar en el mar sin tener mucho respeto hacia los ancestros”. Lorvo agrega: “Para un mundo común, explayarse es un evento poco común. Queremos conquistar al público, por eso organizamos performances constantes en la playa, que van a pasar de carpa en carpa. Todo lo que pensamos lo hacemos para evitar la trampa de un evento para una elite. Lo que queremos es permitir un encuentro que cambie algo de la rutina y ver un poco las reacciones. Finalmente, con perdón de Bioy Casares y Silvina Ocampo, podríamos decir que en ‘La Noche de las Ideas’ Los que aman, debaten”.