Un título, cinco subcampeonatos y un descenso por lado en los últimos 26 años. Para Gimnasia y Central no han sido precisamente de gloria los últimos tiempos. Pero esta noche, platenses y rosarinos buscarán cambiarlos cuando se enfrenten por la final de la Copa Argentina, desde las 21.10 en un casi agotado estadio Malvinas Argentinas de Mendoza, y con un boleto hacia la próxima Copa Libertadores como premio adicional.
Acorde a la tendencia reciente, el camino del Lobo y la Academia rosarina hacia la final no ha sido sin sufrimiento. Los dirigidos por Pedro Troglio tuvieron que superar obstáculos de máxima dificultad como a los dos finalistas de la actual Libertadores, Boca (1-0 en octavos) y River (por penales, en semifinales). Además, dejaron en su ruta a varios equipos de otras divisiones como Sportivo Belgrano (1-0 en 32vos), Olimpo (1-0 en 16vos) y Central Córdoba de Santiago del Estero (por penales, en cuartos). Por su parte, los comandados por Edgardo Bauza, tampoco tuvieron un cómodo periplo, aunque sólo se midieron con dos rivales de Primera. Uno de ellos fue nada menos que Newell’s, por cuartos, clásico que terminó por 2-1. El otro fue Talleres, al cual superaron por penales en 16vos. Luego, enfrentaron a Juventud Antoniana (6-0 en 32vos), Almagro (por penales, en octavos) y Temperley (también por penales, en semifinales).
A pesar de un flojo andar en la presente Superliga (están entre los equipos mas goleados), las virtudes de ambos elencos en la Copa ha pasado por la solidez defensiva. Sostenidos en las actuaciones de sus arqueros, Alexis Martín Arias por los platenses y Jeremías Ledesma por los rosarinos, el Lobo y la Academia han recibido sólo tres goles en el certamen. Esta noche, ellos serán grandes protagonistas en las búsquedas de Gimnasia, que va por el tercer título de su historia (campeón de Primera en 1929 y de la Copa Centenario en 1993) y de Central, que intentará atrapar finalmente a la tan esquiva Copa Argentina.