Cuatro jóvenes de entre 20 y 22 años y un menor de edad quedaron imputados por abusar de una chica de 15 años durante una fiesta privada realizada el sábado pasado en Paraná, Entre Ríos. “Los cuatro, entre quienes se encuentra el dueño de la casa donde se hizo la fiesta, fueron acusados por el delito de abuso. La víctima se va a constituir como querellante”, informó en conferencia de prensa el procurador del Poder Judicial de Entre Ríos, Jorge García. La justicia, además, dictó una orden de restricción para que los imputados no se acerquen durante 90 días a la chica, quien ayer declaró en Cámara Gesell, por ser menor de edad. La joven y su familia habían radicado la denuncia el domingo, ante la fiscal de la Unidad de Violencia de Género, María Fernanda Rufatti.
Los abusos denunciados por la chica ocurrieron el sábado, en una casa de Toma Vieja, en Paraná, donde se celebró el cumpleaños de uno de los imputados. La fiesta había sido organizada por el homenajeado y sus amigos, un grupo de entre 12 y 15 jóvenes de entre 20 y 22 años, quienes los días anteriores convocaron a través de Facebook a los invitados a lo que definían como “pool party”, por lo que advertían que todos llevaran traje de baño. La fiesta comenzó a las 14. De acuerdo con la denuncia, al ingresar, a las chicas, en su mayoría menores de edad, les daban tragos alcohólicos servidos en melones.
La adolescente contó que, luego de que la bebida le empezara a hacer efecto, sufrió abusos e intentos de violación por parte de cuatro jóvenes, a quienes medios entrerrianos identificaron como vinculados a clubes de fútbol o de rugby e hijos de empresarios y profesionales conocidos en Paraná.
La chica resistió los intentos de violación y “pidió ayuda a un amigo que la había acompañado y pudo irse del lugar y llegar a su casa”, contó su abogada, Rosario Romero. Medios provinciales dieron cuenta de que la chica, en la huida, solo pudo irse con el traje de baño y las ojotas, y que no alcanzó a buscar su ropa ni su teléfono celular. El domingo a la mañana, “su mamá la acompañó a realizar la denuncia ante la Fiscalía de Violencia de Género, que está a cargo de María Fernanda Ruffati y allí se inició la investigación”, detalló la letrada.
En conferencia de prensa, el procurador García informó que “hay imputación de delito” contra los cuatro acusados, y que “se secuestraron los celulares de los chicos y se están haciendo análisis a las personas involucradas”. A los imputados, “se les hizo saber que deben abstenerse de molestar a la víctima o denunciante de cualquier modo, por cualquier medio y a través de cualquier persona”, señaló la fiscal Ruffatti, quien añadió que por tratarse de adolescentes y jóvenes “hay un gran problema con las redes sociales y los comentarios; por eso la restricción se le pidió a la jueza y nos hizo lugar”.
El procurador García informó que, al menos hasta ayer a la Justicia no habían llegado denuncias de más víctimas. Además, advirtió que para convocar a los imputados a las declaraciones indagatorias, la Justicia esperará a tener los resultados de las pericias. “Nosotros tendemos a no perder la prueba, por eso cualquier sobre-información del tema perjudica a la causa”, explicó.
La joven declaró ayer “en Cámara Gesell, porque se trata de una menor de edad”, explicó la abogada Romero. “Los denunciados fueron notificados y ya se presentaron sus abogados defensores, quienes participan durante la investigación penal preparatoria a cargo de la Fiscalía”, añadió.
Medios periodísticos entrerrianos detallaron que los imputados son hijos de empresarios y profesionales de Paraná. La mayoría de ellos concurre a la universidad en la capital provincial o en Santa Fe, mientras que otros están vinculados a equipos tradicionales de fútbol y de rugby. El dueño de la casa donde se realizó la fiesta es el dueño de una emisora local, FM Del Parque, y se dedica a negocios publicitarios, según informaron medios provinciales.