El patriarcado no tiene fronteras
Mariana Brito (29)
migrante mexicana, profesora de español,de Balvanera
A las mujeres nos matan aquí y en nuestros países. El patriarcado no tiene fronteras. Y el feminismo no tiene que tenerlas. En México mueren siete u ocho mujeres por día por violencia patriarcal. Y en la guerra contra el narco se ha perfeccionado la trata de mujeres y la violencia contra las mujeres.
La policía se ríe de las denuncias
Milagros Tello (47)
activista de la Federación de Organizaciones de Base, de Lomas de Zamora.
Vinimos con nuestra organización para apoyar el reclamo de justicia por Lucía y para reclamar que se terminen los femicidios. Somos el grito de las que no escuchan. Cuando las mujeres van a la comisaría, porque el marido les levanto la mano, los policías hacen caso omiso y se ríen de las mujeres denunciantes.
Hay machismo en el barrio
Lidia Palacios (34)
trabaja en una cooperativa de limpieza de la Villa 21.
Vengo a la marcha para que no sigan haciendo más y porque le puede pasar a otra persona lo que le paso a Lucía. Hay mucho machismo en el barrio. No lo sufro yo, pero sí escucho de vecinos como el marido le pega a la señora. A mi marido no le gusta que le maltrate a la señora y se pelea por defenderle. Vine por ese motivo. No puede ser que esté pasando. Además vi en la tele que un joven trato de matar a una chica que quería tirarse y dije “voy” porque la Justicia no escucha a las mujeres.
No podemos viajar solas
Micaela Sandez (17)
estudiante secundaria de Pontevedra.
Venimos a la marcha por Lucía y por todas las chicas que murieron. No tenemos libertad. Y por el miedo no podemos salir a la calle, ni viajar solas. Lloramos por ella y por todas. No nos podemos ni expresar por el miedo a que nos pase algo.
No queremos ser la próxima
Melany Sandez (13)
estudiante secundaria de Pontevedra.
Venimos a la marcha para no ser la próxima. Tenemos mucha tristeza porque pensamos que nos podría pasar a alguna de nosotras. Me da miedo. Quiero tener libertad y poder andar libre. Da mucho miedo salir de la escuela y llegar sola a casa. Nos da mucha bronca sentir que nos puede pasar y no poder hacer nada. Por eso, nos secamos las lágrimas y marchamos.
La Justicia legitima la violencia
Vanina Ulloa (28),
migrante chilena, trabaja en la cooperativa Burbuja latina de productos de limpieza, de Congreso.
Vine a la marcha para repudiar la violencia contra las mujeres. Es muy macabra la respuesta de los jueces. Es una forma de disciplinamiento social para el resto de las mujeres. En Chile tenemos el caso emblemático de Nabila Rifo. Su pareja la trato de matar y como estaban juntos en una fiesta los medios decían que tenían conductas no apropiadas porque estaba en una fiesta sin sostén. Él le pegó con una piedra y le saco los ojos. Ella tiene tres niños y el Estado no la acompañó. La justicia negó que fuese un intento de femicidio. La justicia patriarcal no es justicia. Cuando la justicia es tan explícita es un latigazo que legitima toda la violencia. Y los medios son asquerosos en su tratamiento.
El patriarcado nos afecta a todes
Pau Fermin Diez (20)
pibe trans no binario, estudiante de Ciencias Políticas, activista de Zona en la FALGTB, de Barracas
Venimos a la marcha porque es importante que la diversidad, las lesbianas y trans visibilicemos el caso de Lucía y lo que representa en este contexto político. En este momento se entrecruzan la heteronorma y el patriarcado que nos afectan a todes. Exigimos justicia por Lucía y por todas las pibas. En el contexto latinoamericano nuestras identidades se ven cada vez más afectadas. Somos violentadxs y toda la violencia tiene la misma raíz.
Por todas las que no están
Valeria Díaz Zahan (33)
docente de escuela pública de Colegiales.
blanca, pantalones azules, aritos)
Fui a la marcha por todas las chicas que no están, para alzar la voz por todas las que están calladas y contra la justicia que avala que se siga reproduciendo la violencia para silenciarnos y avalar a los violadores por el solo hecho de ser varones. El sistema quiere perpetradores de la violencia y nosotras no lo vamos a permitir.
La mala víctima inviolable
Paula Maffía (35)
música, de Villa Crespo
Fui a la marcha en repudio al fallo por el crimen de Lucía Pérez. Es una sentencia vergonzosa que solo se enfocó en la vida privada de Lucía en donde la muestran como una mala víctima aparente y una mujer viciosa, inviolable, completamente entregada a su lujuria y a sus raptos demoníacos cuando, en realidad, estamos hablando de una menor de edad que murió teniendo sexo con la misma persona que le vendía drogas. No se murió. Fue asesinada. Lucho porque la ley no refleja lo que es justo. Lucía no es una cifra más. Y por eso marcho.