Los taxis de la Ciudad de Buenos Aires deberán adherirse obligatoriamente a alguna aplicación que les permita recibir pedidos de viajes, reemplazar sus taxímetros por dispositivos digitales y aceptar pagos con tarjetas de crédito y débito, según una ley que sancionó ayer la Legislatura porteña.
El proyecto fue refrendado por 42 votos de los bloques de Vamos Juntos, Partido Socialista, Evolución y Mejor Ciudad; 13 votos negativos de los diputados de Autodeterminación y Libertad, UC y del Frente de Izquierda; mientras que el GEN y el bloque peronista aportaron 5 abstenciones.
La iniciativa dispone que los taxis pasarán a estar adheridos a un sistema de pedido de viajes digitales y, para ello, será necesario adecuar los vehículos dotándolos de una tablet que reemplazará al taxímetro tal como se lo conoce en la actualidad.
Cristina García, informante por el bloque oficialista, dijo que esta medida “viene a garantizar un servicio de transporte seguro y de calidad” al tiempo que defendió el costo de mantenimiento del sistema, que será de una ficha extra por viaje, entre 3 y 4 pesos. Ese punto fue uno de los más criticados por los diputados que se oponen a la iniciativa, entre ellos, Silvia Gottero (Bloque Peronista) quien dijo que si los 37 mil coches con licencias pagan esos 1500 pesos, el desarrollo del software tendrá un rédito de 55 millones de pesos. “Esto es un costo para el usuario y para el chofer, se estaría pagando una ficha más por viaje para pagar el software mensualmente”, dijo Gottero y criticó la poca difusión del sistema BA Taxi que, consideró, podría ser la base de este sistema con un costo mucho menor.
Desde Evolución, Marcelo Gouman dijo que su bloque acompañaba la propuesta ya que supone “una modernización del sistema de taxis”, que está “de acuerdo a un pedido muy presente en la sociedad” pero criticó la posibilidad de que el scoring de evaluación al que se someterán los taxistas pueda terminar influyendo negativamente en su trabajo cotidiano.
Sergio Abrevaya (GEN) y Paula Penacca (Unidad Ciudana) coincidieron en destacar que la “modernización” es positiva pero que, con estas medidas que generan “nuevos costos” para los taxistas, se “favorecen a la competencia desleal” que supone Uber.
Al respecto, García respondió que la asignación del desarrollo de software se hará de acuerdo a la ley.
La propuesta apunta a reducir la cantidad de taxis que circulan por la ciudad, dado que no tendrán que buscar pasajeros, sino que recibirán el pedido del servicio por la aplicación.