Las reservas internacionales del Banco Central siguen en picada. Se ubicaron ayer en 49.993 millones de dólares, con un retroceso de 279 millones. En la jornada anterior habían disminuido 850 millones. La autoridad monetaria no pudo renovar un crédito repo con la banca extranjera porque le pedían tasas usurarias para volver a colocar deuda a muy corto plazo. Esto explica la caída de 1029 millones de dólares en los últimos dos días hábiles. El organismo perdió 4049 millones de dólares desde el 30 de octubre, cuando ingresó la ampliación del crédito del FMI. La entidad consumió el 71 por ciento de los nuevos recursos aportados por el Fondo.
La incapacidad del Central para retener reservas preocupa a inversores locales pero también del exterior. El riesgo país alcanzó ayer los 745 puntos. Se trata de los niveles más elevados desde septiembre, antes de que empezara el programa ultra ortodoxo de Guido Sandleris. Los bonos largos marcaron ayer fuertes caídas de hasta 2,4 por ciento. La falta de confianza con los activos argentinos se observó también en algunas de las acciones más representativas del país. En la bolsa de Estados Unidos se anotó un retroceso del 3,3 por ciento de YPF y de 3,9 por ciento de Tenaris. La caída de estas firmas se potenció por una nueva baja del precio del barril de petróleo, del 2,2 por ciento, para cerrar en 51,7 dólares.
El mercado cambiario mostró menos volatilidad que el resto de los activos financieros. El dólar cerró en 38,71 pesos, al subir 3 centavos. El tipo de cambio mayorista, en tanto, mostró un salto algo mayor: terminó en 37,70 pesos con una suba de 25 centavos. La autoridad monetaria licitó Leliq con una tasa promedio en 59,00 por ciento (contra el 59,10 por ciento del día previo) y una tasa máxima de 59,73. La colocación de letras de corto plazo sumó 108.651 millones de pesos.
La autoridad monetaria acumuló un stock de Leliq de 773 mil millones de pesos. Con estos niveles de tasas, la carga de intereses es equivalente al 1,5 billón de pesos en Lebac de abril. El Central está pagando unos 37 mil millones de pesos por mes en intereses (994 millones de dólares si se le aplica la cotización del tipo de cambio mayorista). La cifra es dramática: anualizada implica que la autoridad monetaria debería desembolsar casi 12.000 millones de dólares por intereses de Leliq.
El panorama financiero local se complica todavía más cuando se incorpora la variable internacional. Las principales plazas del mundo mostraron nerviosismo. El G20 no trajo calma. Los acuerdos de paz entre Estados Unidos y China en la guerra comercial no duraron ni un día. La preocupación de los inversores escaló ayer por una medida inesperada de Estados Unidos con una empresa tecnológica china. La directora financiera del gigante de las telecomunicaciones Huawei fue detenida en Canadá. La prisionera no es ni más ni menos que la hija del dueño de la empresa (ver aparte).
El mainstream financiero interpretó el episodio en forma lineal. Se trata de una nueva declaración de guerra de los Estados Unidos contra el Gigante Asiático. Los analistas no creen que China se quede con los brazos cruzados. La represalia contra la economía de Trump puede echar por tierra el freno de 90 días en la guerra comercial. El resultado fue un derrumbe en los activos financieros. Los inversores exhibieron una sobrerreacción y liquidaron sus posiciones de riesgo.
Los portales que siguen la evolución de los activos globales se tiñeron de rojo. A mitad de jornada el indicador de volatilidad norteamericano (VIX) llegó a subir 50 por ciento. Las Bolsas de Estados Unidos anotaron otro día de caída y arrastraron a otras bolsas del mundo. Se destacó la baja de las acciones de los bancos europeos. Entidades alemanas llegaron a perder más del 3 por ciento.