El 16 de agosto de 2011, un mediodía lluvioso, luego de las primeras primarias nacionales en el país, el gobierno encabezaba la inauguración de la tercera planta de la empresa PC Arts, que produce computadoras bajo la marca Banghó, con una inversión de 9,2 millones de pesos. En ese acto, realizado en el Distrito Tecnológico de Parque Patricios, la entonces presidenta, Cristina Fernández, dio un mensaje a esos trabajadores: “¡No vamos a comprar importado!”. Cinco años después, el gobierno de Cambiemos eliminó el arancel del 35 por ciento a la importación de computadoras personales y tablets, un gravamen clave para estimular la producción nacional, a lo que se sumó una fuerte apertura comercial. Ayer la empresa despidió a 205 empleados de su casa central en Vicente López, la cual fue tomada por los trabajadores para que sean reincorporados, además de defender los otros 600 puestos que también se encuentran en peligro. BGH ya había despedido personal en su planta de Tierra del Fuego.
Desde su creación en 2006, Banghó “ha experimentado un crecimiento exponencial, convirtiéndose en la marca de tecnología informática nacional de mayor inserción y reconocimiento del mercado argentino”, destaca en su portal la firma PC Arts. Con la incorporación de su planta en el barrio de Parque Patricios, llegó a contar con tres establecimientos, junto a la casa central en Florida Oeste (Vicente López) y la de Barrio Alberdi, en Córdoba. La firma, que nació como importadora, comenzó a producir en el país y creció al amparo de medidas de estímulo a la industria nacional, como los impuestos a la importación, y con el fuerte apoyo que recibió por parte del plan Conectar Igualdad, cuyo objetivo era que fuese abastecido en su totalidad por unidades fabricadas en la Argentina.
Pese a las advertencias de representantes del sector, la Secretaría de Comercio eliminó la retención sobre la importación de computadoras y tablets. Las empresas locales le pidieron que la reducción sea más gradual y se mantuviese al menos a la mitad. Aseguran que si el arancel baja de 35 a 16 por ciento, como el del Mercosur, con tasa 0 a insumos, pueden competir. No obstante, la decisión oficial de abrir el mercado interno a la competencia global se impuso.
“Lamentablemente, todos los esfuerzos y gestiones realizadas por la empresa, cámaras y sindicatos de la industria ante las autoridades de los Ministerios de Producción y de Trabajo de la Nación, tendientes a revertir la medida, han sido infructuosos”, señaló la empresa en un comunicado. En ese texto difundido ayer argumenta que, “como consecuencia de la eliminación del arancel de 35 por ciento para la importación de productos informáticos, PC-Arts Argentina se vio obligada a cerrar una de sus principales plantas de fabricación, ubicada en Vicente López, y a la desvinculación de 205 trabajadores”. “Esta medidas hace inviable la producción local ante la imposibilidad de competir con productos provenientes de países con altos subsidios a la exportación, como es el caso de China”, cuestionó el fabricante de PCs y tablets de Banghó. Es la segunda víctima –luego de que BGH abriera retiros voluntarios– de la medida dispuesta por Comercio.
Fuentes de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), detallaron que la firma PC Arts despidió a 183 empleados enrolados en este gremio, a otros 40 del sindicato de Empleados de Comercio y el resto fuera de convenio. La firma también había otorgado 15 días de vacaciones forzadas a los 700 empleados de esa planta y desde la UOM alertaron sobre el riesgo de esos puestos a la vuelta. “Ante la negativa de la empresa a dialogar, le tomamos la planta y estamos con todos los trabajadores y los delegados dentro de la empresa Banghó”, señaló el secretario de Prensa de la UOM, Emiliano Gallo. Banghó comunicó además que centralizará la operación industrial en su planta del barrio porteño y redefinirá su estrategia empresarial para “asegurar la continuidad de sus negocios”.