El poder adquisitivo de asalariados, jubilados y titulares de asignaciones familiares medido en dólares se encuentra por debajo de los niveles de 2001 y es la mitad del que exhibían en 2015, según un informe sobre los tres años de administración de Cambiemos que el titular de la Bancaria, Sergio Palazzo, le entregó ayer al papa Francisco. El Diagnóstico sobre la situación social y laboral de la Argentina, elaborado por los investigadores del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) para este gremio, advierte sobre la destrucción de empleo privado, principalmente del sector industrial, desaparición de pequeñas y medianas empresas y aumento de la deuda per cápita que deriva en crecimiento de la pobreza. “El aumento de la pobreza para el segundo semestre de 2018 sería cercano al 6 por ciento. Si se toma en cuenta que la medición del segundo semestre de 2017 indicó 25,7 por ciento, el nuevo registro alcanzaría entre 31 y 32 por ciento”, señala el informe. El documento también revela que en materia de puestos de trabajo los más afectados continúan siendo los jóvenes y las mujeres (ver aparte).
“La Bancaria se lo envío ayer al papa Francisco para que se interiorice de cuál es la situación del país”, resumió a este diario el titular del CEPA, Hernán Letcher. En diciembre de 2017 el oficialismo cambió la fórmula de movilidad de las jubilaciones y la Asignación Universal por Hijo (AUH), provocando una caída en los ingresos de esos sectores. A esto se sumó la pérdida de poder adquisitivo por una inflación desbocada. La jubilación mínima (hoy de 9306 pesos) se retrajo desde fines de 2015 un 19,5 por ciento, equivalente a 1814 pesos mensuales. Si se proyecta esa pérdida mensual, los jubilados cobraron este año 21.768 pesos menos.
“El valor de la jubilación mínima cayó a niveles similares a los de 2001. Si a septiembre de 2001, por ejemplo, la jubilación mínima se ubicaba en torno a los 194 dólares, esa cifra se encuentra muy cercana a los 207 dólares de diciembre de 2018”, señala el informe del CEPA. “Por otro lado, el promedio de 2015 alcanzó los 373 dólares. Esto significa que la jubilación mínima medida en dólares se encuentra en su punto más bajo de los últimos diez años”, agrega.
En el caso de la AUH la evolución es similar. El monto (1827 en diciembre de 2018) se retrajo 19,7 por ciento en comparación con el promedio del poder adquisitivo de 2015. “Las proyecciones a 2019, a contramano de lo indicado por el Gobierno, muestran una profundización en este sentido, llegando a perder 20,2 por ciento en el promedio de los primeros cinco meses de 2019 respecto del promedio de 2015”, anticipa el informe. Si se lo calcula en dólares y contra una misma canasta de alimentos, también perdieron. En 2001 el monto del Plan Trabajar se ubicaba entre 120 y 160 pesos (en promedio, 140 dólares del uno a uno), mientras que en diciembre de 2018 el monto en pesos de Argentina Trabaja y Ellas Hacen alcanzará los 5006, lo cual equivale a 132 dólares con un tipo de cambio de 38,02 pesos. En 2015 el valor de los Programas Sociales alcanzaba los 2600, es decir 260 dólares al tipo de cambio de ese momento.
Los salarios también perdieron. “La caída promedio de poder adquisitivo a diciembre de 2018 respecto del promedio de 2014/2015 será de 24 por ciento”, es decir, algo más que 2700 pesos mensuales, considerando un salario mínimo vital y móvil de 11.300 para fin de este año. Medido en dólares también su ubica por debajo de 2001: 259 dólares en septiembre de 2001 y 251 dólares actualmente. En noviembre de 2015 el salario mínimo en dólares ascendió a 516.
“En definitiva, el aumento de la pobreza para el segundo semestre de 2018 seria cercano al 6 por ciento. La nueva medición alcanzaría entre 31 y 32 por ciento”, detalla el CEPA. El estudio revela que la diferencia respecto de las mediciones oficiales radica en que “el Indec modificó la forma de cálculo en 2016”. El Indec informó que en el primer semestre la pobreza fue del 27,3 por ciento. “Si se continua la con la metodología previa, la medición de la pobreza es sensiblemente mayor”, alerta. También destaca una subestimación del “sensible aumento de las tarifas”. De acuerdo con el informe, en los últimos tres años el servicio de gas domiciliario aumentó un 3008 por ciento; la electricidad, 2136 por ciento; y el agua, 515 por ciento. Por último, destaca que el efecto de la devaluación y el aumento de precios sobre el consumo implican una fuerte retracción “de prácticamente todos los consumos”. El recorte se focalizó en recreación (69 por ciento), alimentación (hasta 54 por ciento) y medicamentos (23 por ciento). “Este análisis secuencial es de utilidad dado que quien recorta en medicamentos probablemente ya haya recortado en el resto de los rubros menos imprescindibles”, concluye el informe.