Hay momentos en que Paula Maffía se transforma en Luisa Malatesta: es cuando forma parte de Las Taradas, la “orquestina de señoritas” que creó junto a Lucía de Paco, también conocida como Lucy Patané. La formación lleva ya ocho años de trayectoria, y actualmente se completa con Lu Martínez, Natalia Gavazzo, Ana Sol Torroixa, Marcela Galván Alberti, Rosario Baeza y Jeanette Nenezian. La formación que rescata canciones de los 40 y 50, entre el bolero, el swing, el cha cha cha, la canzoneta napolitana, la cumbia colombiana o la ranchera mexicana, y que en vivo suma toda una puesta bailable y actoral fue ganando público y escenarios, al ritmo de una propuesta tan original como festiva, que al mismo tiempo suena bien y suma instrumentos como el ukelele, la trompeta y el violín.
“Es un proyecto que comenzó como paralelo a los proyectos principales de cada una, pero que en algún momento se instaló como proyecto principal”, dice Maffía, repasando el éxito alcanzado. “Lo interesante de Las Taradas es que llevó a la práctica una teoría que todavía no tenía verbo”, destaca, y explica: “Cuando armamos Las Taradas con Lucy empezamos a soñar armar algo con un conglomerado de personas que admirábamos y, ¡oh, casualidad! eran todas mujeres...”.
–¿Es una “orquestina de señoritas” que no fue buscada como tal?
–¡Tal cual! Es que estábamos empezando una camada de músicas increíbles, y yo siempre toqué con varones increíbles, pero, ¿cómo no trabajar con compañeras, cómo dejar pasar esa oportunidad? No la fundamos con esa intención, fue después que nos dimos cuenta de que era una banda de ocho minas. Primero vino la práctica, armamos una banda y éramos todas chicas. Armamos una súper orquesta de increíbles músicas. Y después, hablando entre nosotras, empezamos a entender que todas veníamos necesitando un espacio de juego entre pibas. Y hubo un paso más: OK, somos todas músicas, pero, ¿qué pasa con las sonidistas, las stage, las productoras mujeres?
–¿Se dieron esa tarea, de salir a buscarlas?
–Fue un complemento natural, una expansión necesaria. Si éramos todas minas, teníamos que serlo también en la parte técnica. Lo entendimos después. Así que hoy Las Taradas está formada también por grandes técnicas.