“El invitado, por definición, no es dueño del lugar”, dice Nico Canedo a propósito del título de su primer disco solista. Producido por Nahuel Briones, amigo e influyente, en Invitado pueden escucharse algunas similitudes con El cruce de los unders de Briones: surgieron casi en simultáneo, con músicos en común, intérpretes y arreglistas. Partiendo de una casa musical con mixtura de Beatles, Manal, Pappo, Mercedes Sosa y Silvio Rodríguez, Canedo recuerda sus tardes acompañadas por un compilado de baladas de Elton John. Agarró la guitarra a los 15, bajo el influjo de Sui Generis. Y luego de pertenecer a varias bandas y de grabar algunos versos rapeados del Martín Fierro, editó estas doce canciones hilvanadas por el pop en las que, verborrágico, canta historias de amor y desamor, habladas y explicadas, con progresiones épicas, como Chocamos, el hitero track que abre el disco, y Tres.

“A veces escucho las canciones y pienso: ‘Claro, chabón; estás todo el tiempo esperando que la vida te dé algo, que te inviten’. Es una actitud terriblemente sumisa, en realidad. Pero también tiene algo distintivo: si sos un músico invitado es medio un honor, ¿no? Supongo que voy por la vida como un invitado”, se sincera el compositor, que grabó guitarras, bajo y voces. Muchos músicos convidados a grabar el disco son sus amigos, otros no tanto, pero la sensación que tuvo en el estudio fue la de recibir a compañeros de colegio a quienes prestaba juguetes.

En 2011, año de composición del disco, Canedo estaba siendo abducido por el pop. Se había fanatizado con Lady Gaga y acompañaba con fuertes dosis de Katy Perry y Gregory Brothers. En 2012 empezó a trabajar en un estudio donde se escuchaba mucho a Phoenix, Mumford & Sons, Arcade Fire y Hot Chip. “Si tengo que pensar en momentos de influencia musical durante la composición de Invitado, la mayoría se remontan a mis clases de música con Pino Enríquez, un violero genial que da clases en el centro cultural El Colectivo, en Villa Urquiza.”

Su segundo disco incluye canciones compuestas entre 2014 y 2016, y está en camino. Mientras tanto, los temas de Invitado –la mayoría escritos entre 2011 y 2013– representan la instantánea contextual del momento. Por eso Canedo piensa en Invitado como un álbum de fotos. “Hay varias en las que salí bien. No en todas. Hay peinados extraños, arrepentimientos estilísticos, pero todo eso es lo que yo fui en esa etapa”, compara. Y llega a la síntesis de que es un disco honesto, que no busca quedar bien con nadie. Tal vez la idea de ser invitado sea un poco eso, sentirse como en casa sin la presión de ser anfitrión.