En la historia de Filo, dos espacios de la Facultad iniciaron un camino destacable con la recuperación democrática. El Equipo de Antropología Jurídica, dirigido por Sofía Tiscornia, desde el año 1993, en convenio con el CELS, viene contribuyendo a construir categorías de análisis y categorías para incidir en la agenda de derechos humanos; y, en el mismo sentido, la Cátedra Libre de Derechos Humanos, que fue creada en octubre de 1994 y que se constituye en un espacio que articula foros temáticos, trabajos en territorios múltiples, seminarios de grado y el proyecto de investigación “Universidad y Dictadura”. 

En este marco, se avanzó en la reconstrucción de la memoria histórica institucional, en compromiso con los compañeros y las compañeras desaparecidos/as que circulaban por las aulas de Filo en el período 1966-1983. A partir del 2004, con el retorno de los juicios a los represores por crímenes de Lesa Humanidad, los estudiantes comenzaron a participar en los mismos como parte de las prácticas de seminarios de grado en diferentes carreras de la Facultad.

Además, a mediados de la década pasada fue creado el Programa Queer, que se propuso como un espacio de articulación de proyectos en torno a las prácticas en movimientos políticos contra la represión y la discriminación. Y hacia el 2010, comenzó a funcionar el Programa de Extensión en Cárceles. 

La Facultad de Filosofía y Letras de la UBA viene manifestando desde hace años, a través de distintas líneas de acción, su compromiso con la defensa de los derechos humanos, con la Memoria, la Verdad y la Justicia, y con la lucha contra la violencia institucional. Estos espacios institucionales y equipos de trabajo han estudiado el abuso de poder y las formas de gobierno del territorio, denunciando las prácticas de las fuerzas de seguridad y los agentes judiciales, los casos de “gatillo fácil” y el hostigamiento policial, así como la habilitación de esa violencia a través de la prensa y los medios de comunicación. Han producido registros sobre la tortura y los malos tratos en cárceles, comisarías y lugares de encierro, y generado acciones para la defensa de los derechos y la inclusión de las personas privadas de libertad y liberadas. Produjeron informes e investigaciones sobre estos temas, dictaron cursos y capacitaciones, promovieron cambios normativos, nuevas leyes, protocolos y políticas públicas. 

¿Cómo profundizar este camino como parte de las tareas de gestión de la Facultad? En 2015 el Consejo Directivo resolvió la creación de un Observatorio Universitario contra la Violencia Institucional (OBUVI), dependiente de la Secretaría de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil, con el objeto de articular la producción de conocimiento y el relevamiento de prácticas y acciones institucionales, con la problematización del concepto de “violencia institucional” y el análisis propositivo de políticas concretas para el resguardo y la ampliación de derechos. Partimos de comprender que el fenómeno de la violencia institucional se debe analizar desde un enfoque que contemple derechos humanos, económicos y sociales, con el objetivo de generar las condiciones de posibilidad y los recursos materiales para que esos derechos sean garantizados en un marco de inclusión, igualdad y libertad. 

Por otro lado, sabiendo que los hechos de violencia institucional tienen como víctimas principalmente a los sectores populares y, sobre todo, a los y las jóvenes de dichos sectores. En este punto, el OBUVI se propuso como una de sus metas primordiales entender cómo se construyen las representaciones y las formas simbólicas que sostienen la legitimidad de la violencia institucional hacia estos sujetos considerándolos y construyéndolos como “peligrosos”. Es decir, generar las instancias que permitan desnaturalizar las construcciones estigmatizantes sobre las que se asienta tal legitimidad. 

Pero al inicio de este trabajo se debió redireccionar el objetivo primordial de este dispositivo, frente a las transformaciones de la política pública y el cambio del rol del Estado con el nuevo gobierno. Así, un espacio de pretensión propositiva y de perfeccionamiento de políticas se tornó un espacio de denuncia contra la represión social. En este marco, se creó el Comité de la Facultad por la Liberación de Milagro Sala, y se relanzó la Revista Espacios Nº 53, dedicada a reflexionar sobre la violencia institucional. Además, se gestionó desde el OBUVI la presentación de la Facultad como querellante en causas elevadas a Juicio de Lesa Humanidad, como Vesubio y Esma, donde están incorporados los y las desaparecidos de Filo. 

Además del sentido invalorable que significa que una institución del propio Estado nacional se asuma en tanto querellante, entendimos que debíamos redoblar la apuesta en la formación de los y las estudiantes, con la generación de innovaciones pedagógicas como son las prácticas socioeducativas territorializadas en relación a Memoria, Verdad y Justicia. 

En este sentido, el pasado miércoles 28 de noviembre,  finalizó, con la presencia de Estela de Carlotto y de autoridades de la Facultad, la primera edición del seminario “La pregunta como origen: el Archivo Biográfico Familiar de Abuelas de Plaza de Mayo como herramienta para la construcción de identidad”, cuya cursada a cargo de Samanta Casareto y Graciela Daleo se propuso compartir con los y las estudiantes el estudio de la reconstrucción histórica en torno al terrorismo de Estado, con eje en el derecho a la identidad. 

A cien años de la Reforma Universitaria, creemos que el rol de la universidad pública debe ser el de construir pensamiento crítico y hacer un permanente ejercicio de la memoria. Una de las formas que asume la elaboración de ese saber propio de la universidad, que no se puede escindir de los sentires y las necesidades de nuestro pueblo, es la de entablar un diálogo vivo con el pasado reciente: hacerlo en las instancias de formación de grado de nuestros/as estudiantes es también nuestro deber como parte de la construcción de sujetos críticos y comprometidos con la defensa de la vida democrática y de los derechos conquistados. Creemos que las políticas de Memoria, Verdad y Justicia son imprescindibles en la construcción de un lazo social democrático y de subjetividades plenamente emancipadas, aún en los oscuros tiempos neoliberales que nos tocan vivir. 

Ivanna Petz: Secretaria de Extensión y Bienestar Estudiantil de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA)