La justicia volvió a detener a Rodrigo Eguillor, acusado de violar el mes pasado a una joven en un departamento del barrio porteño de San Telmo. El joven de 24 años, quien hizo un raid mediático tras conocerse la denuncia y la difusión de un video en el que se lo ve forcejeando con la víctima, había sido detenido la semana pasada en Ezeiza por resistencia a la autoridad. En esa ocasión, la fiscal Verónica Pérez le impidió que abandonara el país al notificarlo de otra causa en la que fue denunciado por abuso sexual por una empleada del Casino de Puerto Madero, en abril del 2016. Ayer, la detención se ordenó por lo sucedido el 15 de noviembre, cuando según la denuncia abusó de una joven de 22 años.

Según fuentes judiciales, Eguillor fue apresado por personal de la División Trata de Personas de la Policía Federal alrededor de las 7.30, cuando salía de la casa que tiene su padre en el country “Allá en el Sur”, ubicado en Julio De Vedia 602, en el partido bonaerense de Ezeiza. Tras algunas horas en la comisaría del distrito de Ezeiza, fue trasladado a la alcaldía de la Superintendencia de Investigaciones de la Policía Federal, en la calle Madariaga al 6900, en el barrio porteño de Villa Lugano.

La orden de detención había sido librada la noche del martes por el juez Carlos Bruniard, a cargo del juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Nº 48, a partir de la denuncia que radicó la joven, de nombre Lourdes, en la Fiscalía Criminal y Correccional N°22 a cargo del fiscal Eduardo Cubría. 

Eguillor quedó alojado en la Superintendencia a la espera de ser llamado a indagatoria por el delito de abuso sexual con acceso carnal, privación ilegal de la libertad y daño.

El abogado de la joven, Fernando Burlando, dijo que esperaba la detención, y que es producto “del excelente trabajo de la fiscalía”, que demuestra que “aunque a veces es muy criticada la justicia en estos casos, acá se trabajó bien”. “Ahora vamos a esperar que le tomen la declaración indagatoria a Eguillor y después evaluaremos los pasos a seguir, pero estamos de acuerdo con esta medida porque estamos hablando de delitos que tienen penas de más de 20 años de prisión”, agregó.

La de ayer fue la segunda detención del joven en una semana. El martes de la semana pasada, cuando ejercía su defensa mediática desde Ezeiza, con actitud verborrágica y canchera, mientras aguardaba, según él, para viajar a España a ver la final de la Copa Libertadores, fue interceptado por personal de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) para notificarlo de otra causa. En ese momento, tras perder toda su locuacidad, terminó pidiendo a viva voz: “Llamen a mi vieja!”. Algunas horas después, cuando declaraba ante la fiscal Pérez, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N° 3 de Esteban Echeverría, volvió a su pose altanera y tuvo una actitud desafiante por lo que la fiscal pidió su inmediata detención.

Tras un día y medio detenido en el Pabellón I de la Alcaidía Roberto Pettinato, en La Plata, fue liberado. Un día después, la condena social que ya lo había alcanzado a través de las redes sociales atravesó las pantallas: mientras viajaba en el Ferrocarril Mitre, fue reconocido e increpado por los pasajeros, que lo obligaron a bajar de la formación.

“¿Te hacés el malo con las mujeres, no? Hacete el malo conmigo”, le gritó un joven, antes de que Eguillor descendiera del vagón en el que la tensión no paró de subir desde que fue identificado.

En las redes sociales las acusaciones de abuso y de acoso contra Eguillor se acumularon luego de que tomara estado público la denuncia de Lourdes, quien aseguró que la forzó a mantener relaciones sexuales privada de su libertad en el departamento de un amigo de él, en la avenida Independencia y Piedras. Y que después del abuso intentó escapar por el balcón, pero Eguillor empezó a “gritar más alto que ella fingiendo que se estaba intentando suicidar”. 

Para defenderse, Eguillor grabó un video en el que hizo gala de su acendrado machismo y hasta de su xenofobia: sobre la denunciante dijo que era “una negra de mierda” que “le quiere sacar plata”. La trató de “gato del conurbano” y “flojita de tanga”, entre otras cosas, y argumentó que él no necesita violar “minas” porque tiene “facha”. Tras los repudios que cosechó el video cambió la línea argumental. Durante las casi 72 horas en las que deambuló de canal en canal sostuvo que el era “un pibe de bien”, que se la estaba “comiendo sin beberla”, y que en realidad había tenido un acto heroico. “Soy el héroe, yo la salvé de que se suicidara”, aseguró.