Los 205 trabajadores despedidos en la empresa esambladora de computadoras Banghó consiguieron que el Ministerio de Trabajo dicte la conciliación obligatoria y el Ministerio de Producción se comprometa a aplicar el "Plan de Transformación Productiva", con el que se reubicaría al personal despedido y se otorgarán subsidios y capacitación. Los obreros tomaron la fábrica tras la decisión de la firma nacional -- que creció al calor del programa Conectar Igualdad-- de cerrar debido a la medida del Gobierno nacional de permitir el ingreso con arancel cero a computadoras y notebooks con el objetivo de abaratar los precios de los productos informáticos.
Tras la toma de la fábrica, los trabajadores recibieron el respaldo de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), que encabezó hoy la negociación con los ministerios de Trabajo y Producción. La empresa tras anunciar el cierre se había comprometido a pagar solamente el 50 por ciento de las indemnizaciones correspondientes.
La medida que Banghó argumentó como el motivo del cierre de la empresa fue anunciada en octubre del 2016 por el ministro de Producción, Francisco Cabrera, y generó un rápido rechazo de cámaras vinculadas al mercado informático, las que denunciaron la posibilidad de despidos masivos. Los mayores reclamos llegaron desde Tierra del Fuego, donde las fábricas esambladoras crecieron en los últimos años por la política de cierre de las importaciones, por lo que el gobierno nacional abrió el programa de "Plan de Transformación Productiva" como paliativo.
El conflicto de Banghó surgió días después de los 380 despidos registrados en la imprenta Artes Gráficas Rioplatense, perteneciente al Grupo Clarín, conflicto en el cual el Ministerio de Trabajo se negó a firmar la conciliación obligatoria.