Un grupo de trabajadoras domésticas de Nordelta, cansadas de ver pasar de largo a las combis que debían llevarlas a su lugar de trabajo, cortaron a principios de noviembre la entrada al complejo en repudio de la discriminación que sufren por parte de sus empleadores y de la empresa de transporte MaryGo. Según denunciaron luego del corte, las combis de MaryGo que viajan a Capital no estaban frenando para subir a las trabajadoras. “Si paran a recoger a un propietario, cuando subimos nos obligan a bajar diciendo que no podemos viajar paradas. Pero es mentira, porque nos decían lo mismo aun cuando había asientos libres”, había contado a este diario Marta, nombre ficticio de una de las trabajadoras. “Compañeras han escuchado a sus patronas decir que no querían viajar con nosotras por nuestra forma de vestir, porque hablamos mucho de nuestra vida cotidiana, porque algunas hablan guaraní y porque tenemos mal olor”, dijo la mujer.
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