Una familia kelper puso a la venta una isla de poco más de 200 kilómetros cuadrados que forma parte de las Islas Malvinas, en el archipiélago que la Argentina reclama como propio. La llaman Pebble Island, es una de las tres más grandes de la zona y, por ello, durante la guerra de 1982 funcionó como pista de aterrizaje de aviones de combate.
La porción de tierra tiene 32 por 6,5 kilómetros y la familia galesa de apellido Harris la ocupa desde 1869, apenas 36 años después de la usurpación que ya lleva 185 años. Dicen que la venden porque no la pueden sostener. “Es muy difícil de manejar”, indicó Sam, uno de los descendientes de los John Marrckham Dean, quien compró esa porción de tierras y otras más por 400 libras.
"La isla tiene acantilados, lagos y una playa de arena llamada Elephant Bay" dijo Harris. Allí viven unas 42 especies de aves, leones marinos, 6000 ovejas y 125 bovinos.
Durante una entrevista con la BBC, Sam Harris aseguró que todas las prosperidades que esperaban de esa isla no se concretaron y estimó que hace casi 70 años que nadie vive allí. “Fue una decisión difícil pero mi madre y mi padre no están en condiciones de seguir administrándola”, añadió y sostuvo que por eso tomaron la decisión de vender las tierras.
"Todos tuvieron la oportunidad de ir allí. Todos los nietos y nietas fueron con esposos e hijos. Mi esposa fue y estuvo allí en 2011 y sentimos intimidad con el lugar, una verdadera conexión”, añadió pero volvió a descartar cualquier posibilidad de instalarse allí porque en Gran Bretaña habían comenzado a formar una familia.
Pebble Island lleva ese nombre por las pequeñas y atractivas piedras que existen en sus playas y aseguraron que la venderán a un precio bastante alto.
Allí se produjo el desembarco terrestre de las tropas argentinas enviadas hace 36 años por la última dictadura cívico militar. El territorio continúa albergando los restos de las batallas, como monumentos para conmemorar las pérdidas de ambos lados.