Las presiones cambiarias volvieron a la city porteña. El dólar subió ayer 35 centavos y se ubicó en 39,16 pesos. En los últimos 2 días anotó un avance de 54 centavos y acumula un incremento de 95 centavos desde el 3 de diciembre. El presidente del Banco Central, Guido Sandleris, no consigue bajar la tasa de interés del 59 por ciento. Esto se debe a que los bancos dejaron de renovar las Leliq y generaron una emisión de más de 122 mil millones de pesos desde mitad de la semana pasada. El clima financiero internacional no colaboró para disminuir las presiones cambiarias. Las acciones en el mundo mostraron fuertes caídas. Los bonos argentinos en moneda extranjera volvieron a bajar y rebotó el riesgo país (ver aparte).
El dólar mostró un aumento de la volatilidad en los últimos días. En la jornada de ayer el tipo de cambio mayorista se ubicó en 38,17 pesos, con un alza de 34 centavos. Se operaron unos 630 millones de dólares, en un mercado que mostró un incremento de las presiones de compra sobre el final de la jornada. En los mercados de futuros se negociaron el equivalente a 1165 millones de dólares, de los cuales el 70 por ciento se pactó a diciembre y enero. Las cotizaciones fueron de 39,07 y 40,90 pesos, respectivamente. La autoridad monetaria licitó Leliq por 125.132 millones de pesos, con una tasa promedio de 59,08 por ciento y una máxima de 38,16 por ciento. Las reservas internacionales volvieron a caer 40 millones y cerraron en 49.882.
El Central se encuentra en una trampa. No puede bajar la tasa de interés para evitar que se acelere la caída del stock de las Leliq (y el aumento de pesos en circulación). El problema es que esta política de elevados intereses provoca un fuerte aumento de los pasivos futuros de la entidad. El organismo a cargo de Guido Sandleris paga por mes unos 34 mil millones de pesos en intereses. Esta es la encrucijada. Si baja las tasas, los bancos no renuevan las Leliq y se emiten pesos. Si no la baja, se generan compromisos futuros por pagos de intereses muy elevados que más temprano que tarde terminan en emisión para poder cancelar los vencimientos de las Leliq.
En el mercado muestran preocupación por esta trampa monetaria y mencionan que los antecedentes de programas monetarios que se enfrentaron al mismo problema no lograron ser exitosos. La diferencia entre la tasa de interés nominal de casi 60 por ciento anual y las expectativas de inflación del 30 por ciento para el próximo año permiten observar el desequilibrio de la economía en forma intuitiva. En la medida que el Central convalida tasas de interés reales tan elevadas (cercanas al 30 por ciento) las consecuencias para el mercado interno son muy importantes. La principal es la contracción de la actividad: los niveles de interés real hacen prohibitivo el acceso a préstamos para el consumo y la inversión.
La falta de confianza respecto de la sustentabilidad del programa monetario es uno de los principales elementos para explicar la volatilidad del dólar. La confianza de los inversores se encuentra quebrada y reinan las apuestas de corto plazo. Por el momento la cotización del tipo de cambio se encuentra más cerca del piso de la banda cambiaria que del techo. En parte se debe a la manipulación del equipo económico en los mercados de futuro. Pero los analistas de la city no descartan que pueda haber nuevas corridas en los próximos meses.
Un nuevo proceso de inestabilidad cambiaria podría dispararse por factores políticos y económicos. El próximo año el proceso electoral podría generar un fuerte salto en la dolarización de los activos. Los inversores tienden a refugiarse en moneda extranjera en los años de elecciones, un fenómeno que se potencia cuando los resultados de la contienda son inciertos. La expectativa sobre el desempeño de la economía es otro de los puntos que también genera tendencia a la dolarización. Los inversores observan que en los próximos meses el mercado interno se mantendrá estancado y la inflación estará en los picos de las últimas tres décadas. Esto generar un retroceso en la credibilidad y la confianza de los inversores e incentiva la compra de divisas.