El gobierno de China informó ayer que aplaza tres meses la imposición de aranceles adicionales a las importaciones de automóviles y componentes de Estados Unidos. El Ministerio de Comercio en Beijing anunció que el arancel volverá a bajar a partir del 1 de enero de un 40 a un 15 por ciento.
La decisión se adoptó en el marco de la tregua de 90 días en la guerra comercial que los presidentes de Estados Unidos y China, Donald Trump y Xi Jinping, acordaron al término de la cumbre del Grupo de los Veinte (G20) en Buenos Aires el 1 de diciembre. El pasado martes, Trump habló en Twitter de “conversaciones muy productivas con China” y adelantó “importantes anuncios”.
Por su parte el Ministerio de Finanzas chino describió ayer la decisión de eliminar los aranceles como una “acción concreta” para ayudar a lograr una “nueva orden comercial sino-estadounidense mutuamente beneficiosa”. La medida pondrá los aranceles de China para automóviles fabricados en Estados Unidos en un 15 por ciento, en línea con los impuestos de los automóviles fabricados en otros países. China también dijo que suspendería su arancel del cinco por ciento en otras 67 partes de automóviles.
En la cumbre Trump-Xi Estados Unidos había prometido que de momento desistiría de su plan de aumentar o ampliar los aranceles a importaciones procedentes de China. Como contrapartida, Beijing se había comprometido a aumentar sus importaciones desde Estados Unidos para reducir su superávit en la relación comercial bilateral.
Las dos principales economías mundiales se enzarzaron durante meses en una guerra comercial imponiendo de forma recíproca elevados aranceles adicionales a importaciones. En septiembre, Washington decidió aplicar aranceles a bienes chinos por valor de 200.000 millones de dólares (170.200 millones de euros). Antes ya había impuesto nuevos aranceles a importaciones chinas por valor de 50.000 millones de dólares. En total, Estados Unidos ha impuesto tarifas adicionales a la mitad de las importaciones procedentes de China. China, por su parte, impuso tarifas a importaciones estadounidenses por valor de 110.000 millones de dólares.
Recientemente, sin embargo, se han observado algunas señales de distensión. Por ejemplo, China volvió a importar soja de Estados Unidos. Trump, por su parte, prometió intervenir a favor de la directora financiera de Huawei, Meng Wanzhou, arrestada y posteriormente puesta en libertad bajo fianza en Canadá, si ello repercutiera positivamente en la solución del conflicto comercial.
La decisión de aplazar aranceles para desescalar la guerra comercial con Estados Unidos se veía venir. Según la cadena CNN, los aranceles perjudicaban las ganancias de los principales fabricantes de automóviles que envían automóviles a China desde Estados Unidos. Los alemanes BMW y Daimler, el propietario de Mercedes-Benz, habían quedado especialmente afectados. Las acciones de BMW y Daimler recortaron las pérdidas del viernes por la noticia.
General Motors y algunos otros fabricantes de automóviles ya tienen una gran presencia en China, el mercado más grande e importante de la industria automotriz estadounidense. Debido a que sus plantas se encuentran en ese país, no estaban sujetas a grandes impuestos de importación.
Sin embargo, los aranceles de China han perjudicado las exportaciones de las plantas de automóviles de Estados Unidos. El valor de las exportaciones de automóviles de pasajeros de Estados Unidos a China disminuyó en 2.400 millones de dólares, o el 30 por ciento, en los nueve primeros meses del año.
Por otra parte, el crecimiento del comercio minorista y de la producción industrial de China había ralentizado notablemente en noviembre a causa de la guerra comercial entre este país y Estados Unidos, informó ayer la agencia de noticias Bloomberg. Según la agencia, el comercio minorista de China creció en noviembre un 8,1 por ciento respecto al mismo mes del año pasado, lo que supone la menor expansión registrada en 15 años. La producción industrial creció solo un 5,4 por ciento, su nivel más bajo en diez años. Con estos resultados, el crecimiento de la segundo economía mundial podría caer a final de año por debajo del 6,5 por ciento registrado en el tercer trimestre.
De acuerdo con expertos, la disputa comercial con Estados Unidos podría haber deprimido el apetito de los consumidores chinos en noviembre. Por ejemplo, la venta de automóviles cayó el mes pasado un diez por ciento en relación con noviembre de 2017, según el banco ANZ, mientras que la venta de equipos de comunicación bajó un 5,9 por ciento. La oficina de estadísticas en Beijing también reportó una notable reducción en la venta de productos petrolíferos.
Como consecuencia de los malos datos económicos, el Composite Index de la Bolsa de Shanghai se dejó hoy un 1,53 por ciento, mientras que el Component Index de la Bolsa de Shenzhen retrocedió un 2,28 por ciento. Otros mercados bursátiles de Asia, como los de Tokio, Hong Kong y Seúl, también cerraron con pérdidas.