Leandro Romagnoli, uno de los grandes ídolos de la historia de San Lorenzo, tuvo ayer su despedida soñada en el Nuevo Gasómetro en su partido homenaje denominado “Adiós a un Cuervo”. El Pipi, de 37 años, marcó dos goles y compartió cancha con varios ex compañeros y glorias del club como Alberto Acosta, Bernardo Romeo, Néstor Gorosito, Sebastián Saja, Pablo Michelini, Ignacio Piatti, Gustavo Campagnuolo y Ezequiel Lavezzi, entre otros. Además, se dio el lujo de jugar unos minutos con su padre, Atilio, en lo que fue el gran momento emotivo de la tarde celebrada en el Bajo Flores.
Con sobrados pergaminos para ser considerado el jugador más trascendente de la historia del Ciclón, Romagnoli tuvo su despedida del fútbol profesional a casi veinte años exactos de su debut, el 13 de diciembre de 1998, bajo la dirección técnica de Oscar Ruggeri –quien estuvo sentado en el banco durante la despedida– y en lo que fue derrota por 3-2 ante Racing. “San Lorenzo es mi casa, mi familia. Esto no es un adiós sino el comienzo de una nueva etapa. Gracias por bancarme siempre”; con esa frase, el agasajado recibía a los presentes a través de un video en pantalla gigante. Entre los logros conseguidos por Romagnoli con la camiseta azulgrana (que vistió de 1998 a 2004 y de 2009 a 2018) están los torneos locales del 2001 (Clausura), 2013 (Inicial) y 2015 (Supercopa) y, más importante aún, las tres coronaciones continentales de la historia de San Lorenzo: Mercosur 2001 –la primera vez internacional del Ciclón–, Sudamericana 2002 y la tan ansiada Libertadores de 2014, obtenida a 54 años de la primera participación de los de Boedo en el certamen. Además, el diez fue parte del plantel que, bajo el mando de Ricardo Caruso Lombardi, salvó a San Lorenzo del descenso al imponerse en la Promoción de 2012 ante Instituto.
“Estoy muy agradecido porque me han tratado de maravillas, me han bancado siempre, en las buenas y en las malas. Eso es impagable. El agradecido soy yo”, le dedicó el Pipi al público, esta vez en carne y hueso, antes de que se inicie el espectáculo. A la hora de la acción, las emociones no tardaron en llegar. Gonzalo Bergessio, en un par de ocasiones, le dio la ventaja a los campeones de 2014; mientras que el Beto Acosta y Bernardo Romeo, pusieron la igualdad para los “Amigos del Pipi”, que aglutinaba a mayoría de ex jugadores. Cuando la historia iba 2-2, llegó el festejo más esperado. El Beto Acosta se tiró como sólo él sabe en el área, el árbitro Carlos Maglio pitó, y Romagnoli puso el 3-2 de penal. Más tarde, tras lo que había sido el empate que marcó Enzo Kalinski con un gran tanto de volea, el Pipi le volvió a dar la ventaja a los suyos con un disparo desde lejos que venció la resistencia de Sebastián Torrico. El 4-4 llegaría con un gran tanto de Ignacio Piatti, el mejor de la cancha.
En la segunda parte, cuando la cuenta ya no importaba (el resultado final fue de 8-7 para “Amigos”), Félix Benito bajó en el área al ingresado Atilio, padre del Pipi, y Néstor Ortigoza marcó el penal, de igual manera que en la final de 2014, para que de la tribuna baje el “Dale Campeón, Dale Campeón”, y qué mejor homenaje que ese para el Pipi, el gran campeón que tuvo San Lorenzo.