“Recuerdo seis cadáveres, pero no se podían identificar. La mayoría tenía las manos cortadas o le faltaba la cabeza. Además estaban deteriorados por la acción del mar y de los peces. Fue algo horrible. Nos pidieron que los dejásemos en un pasillo de la Comisaría. Los apilaron ahí y después no supimos nada más”. El recuerdo es de Ernesto Manzo, quien en diciembre de 1978 era miembro del incipiente cuerpo de bomberos de Villa Gesell y acudió a una playa cercana al muelle por llamado de la policía, sin imaginar con lo que se iba a encontrar.
El único cuerpo aparecido en las playas geselinas que pudo ser identificado fue el de Santiago Villanueva, militante de la Juventud Universitaria Peronista secuestrado el 26 de julio de 1978 primero en el centro clandestino El Banco y luego en El Olimpo.
Manzo falleció el mes pasado, pero en todos los años previos fue uno de los pocos testigos de estos hallazgos macabros en la costa bonaerense que se animó a contar todo lo que recordaba. “En ese entonces yo era un pibe de 22 años y en Gesell estábamos medio aislados de lo que venía pasando. No tomé conciencia en el momento de lo que esos cuerpos significaban. Pero después nos enterábamos de que en el Partido de La Costa se había encontrado varios porque teníamos contactos con los bomberos de la zona. Fui a declarar varias veces a Dolores por todo lo que vi. Como bombero tenés que actuar en muchas circunstancias diferentes, pero lo que nunca me habían enseñado era a ir a recoger cadáveres de desaparecidos a la orilla del mar”.