El jueves los jueces de la Sala I de la Cámara de Casación escucharán los argumentos de la defensa de un hombre condenado a prisión perpetua, que pide que se reduzca el monto de la pena, por considerarla “cruel e inhumana”. La paradoja es que, en el juicio donde fue condenado en primera instancia, quedó probado que Cosme Damián Báez Brizuela fue el autor intelectual de una sórdida conspiración para asesinar a Serafina López, de 33 años, porque ella se oponía a la relación que el victimario –señalado como narcotraficante– quería mantener con una hija de la mujer, de apenas 11 años. La dureza de la condena se debe a que la víctima fue asesinada en la madrugada del 14 de noviembre de 2014, mientras dormía, indefensa, en su casa de la Villa 31 Bis de Retiro. El autor material del hecho, se estableció en el juicio, fue un menor de edad, manipulado por Báez, al igual que otros cuatro chicos declarados partícipes del crimen, incluyendo a las hijas de Serafina López, la niña de 11 años y su hermana de 16.
“Fueron varios los hechos violentos que Serafina debió padecer, porque Báez se presentaba con sus secuaces a amenazarla con armas tanto a ella como a sus hermanos, de tal manera que tuvo que buscar protección en la Justicia”, explicó la abogada Deborah Huczek, que representa a la familia de Serafina López. La mujer hizo primero la denuncia por abuso sexual de una menor y luego por las amenazas de Báez, que en 2014 tenía 28 años. “Serafina hizo la denuncia (por amenazas) y seis días después la mataron”, puntualizó la abogada querellante.
“Enterados de la intervención de la Justicia, decidieron matarla el 14 de noviembre de 2014 a las 3 de la mañana. Planificaron e intervinieron en su muerte Báez, la niña de 11 años, su hermana de 16, el sobrino de Serafina (Francisco, acusado de violación y quien estuvo prófugo de la justicia en varias oportunidades) y la novia de este, quienes fueron declarados penalmente responsables y estamos esperando se les fije el monto de la condena”.
La abogada precisó que “la calificación de homicidio agravado para Cosme Báez se debe a que Serafina estaba durmiendo, en un estado de indefensión, en el momento que fue ejecutada” de un balazo en la cabeza. Otros agravantes fueron “por el vínculo, dada la participación que tuvieron las hijas de la víctima en el homicidio, y el hecho de que el autor intelectual se valió de menores para cometer el delito y descargar en ellos la responsabilidad penal”. La querellante detalló que “hubo dos menores que fueron declarados inimputables, la hija de la víctima que tenía 11, y otro imputado que tenía 12, por lo cual ni siquiera fueron sometidos a un proceso penal”.
No obstante, la defensa de Báez pide que la Cámara de Casación Penal declare la inconstitucionalidad de la prisión perpetua, porque considera que es “cruel e inhumana”. También piden la absolución porque “hay falta de pruebas y notorias dudas sobre la participación del imputado en el hecho”. La abogada de la familia López aseguró que “está probado por la propia declaración de la niña de 11 años, quien luego de la muerte de su madre, estuvo secuestrada por Báez a lo largo de un mes”. Durante ese tiempo “Báez abusó de ella reiteradamente”.
El jueves, la Sala I de la Cámara Nacional de Casación en lo Correccional y Criminal, integrada por Patricia Llerena, Gustavo Bruzzone y Jorge Rimondi, presidirá una audiencia en la cual las partes expondrán sus argumentos en favor y en contra de la pretensión de Báez, quien fue condenado a perpetua en octubre de 2016, por el Tribunal Oral de Menores 3 de la Capital Federal. El conflicto comenzó porque Serafina López se opuso en forma terminante a que su hija de 11 años tuviera un noviazgo con “un hombre de 28 años, que estaba denunciado como dealer”, precisó Huczek.
“Serafina realizó primero la denuncia por abuso de menores en la Justicia y luego por las amenazas, pero seis días después fue asesinada en su casa”, señaló la abogada querellante. “Serafina enfrentó a Báez para impedirle el contacto amoroso que pretendía tener con su niña y este la amenazó con un arma de fuego y hasta vació el cargador” haciendo disparos delante de la mujer, para amedrentarla. “Le manifestó así su absoluto poder en la villa y la obstinación en mantener una relación con su hija”, relató.
En forma paralela, sigue en curso la causa contra Báez por la violación de la nena de 11 años. “La causa, lamentablemente está en stand by y los familiares de la niña están indignados ya que las violaciones están probadas con rastros de ADN, hallados en la ropa interior de la niña y que pertenecían al imputado, además del propio relato de la víctima”. La abogada recordó que “el Código Penal presume que antes de los 13 años no hay consentimiento válido para tener relaciones sexuales, pero sin embargo a pesar de que todo está tan probado, la Justicia dilapida el tiempo, generando impunidad”, aseguró Huczek.
El juicio oral se hizo en 2016 y también fueron encontrados culpables otros de los participantes en el hecho, pero todavía no se dictó la pena, porque los jueces solicitaron una serie de informes ambientales antes de tomar la decisión. “Serafina acudió a la Justicia en búsqueda de protección, que no encontró ni para sí, porque la mataron, ni para su hija porque fue violada reiteradamente y hoy se encuentra en situación de calle, abandonada por el Estado”, agregó la abogada querellante, que adelantó que van a seguir luchando “en todas las instancias, porque no puede ser que este hecho quede impune luego de que Serafina diera la vida para proteger a sus hijas”.