El riesgo país alcanzó ayer el record del año. Se ubicó en 782 unidades, con un incremento de 20 puntos respecto del viernes. El indicador del JP Morgan trepó a 123 por ciento desde principios de año. Los inversores locales e internacionales aceleraron la venta de los bonos argentinos. El riesgo país superó los picos de septiembre. La ampliación del crédito del Fondo Monetario Internacional, la política monetaria ultra conservadora y las promesas de déficit cero no fueron suficientes para calmar las expectativas de impago de la deuda. La incertidumbre electoral, el aumento de los pasivos de corto plazo (Letes y Leliq), la recesión en el mercado interno y las tensiones financieras en el mundo son los factores que potencian el desplome del precio de los activos argentinos. La autoridad monetaria registró ayer la entrada del swap chino por 8725 millones de dólares. Las reservas cerraron en 58.616 millones de dólares, con un incremento de 8729 millones. La bolsa cayó 3,97 por ciento y el dólar volvió a subir.
El riesgo país adelanta la desconfianza de los inversores en el futuro. Sube en la medida en que baja el precio de los bonos. El índice para la Argentina ya es el más elevado de la región después de Venezuela y de Ecuador. Los fondos del exterior dejaron este año de prestarle dólares al país y comenzaron a desprenderse de los bonos locales que tienen en cartera. El resultado fue un importante retroceso en el precio de los títulos públicos. Las agencias de bolsa registraron en lo que va de este año caídas de hasta 38 por ciento en los bonos.
El impacto más fuerte se observó en los títulos de largo plazo. Las pérdidas desde enero fueron notables. Se destacaron las bajas de 33,5 por ciento del Argentina 2046, de 33,1 por ciento del Discount 2033, de 28,5 del Argentina 2027 y del 20,5 del Bonar 2024. Se trata de bonos en moneda extranjera que rinden cerca de 12 por ciento. Esta es la tasa que el Gobierno debería pagar para emitir nueva deuda en el mercado de capitales (en el caso que los inversores se decidan a prestar). Esta tasa era del 6 por ciento a inicio de año. No es el único dato que muestra la incertidumbre financiera del país. El diferencial de tasas del bono 2019 y del 2020 es alarmante. El Argentina 2019 tiene un rendimiento de 3,8 por ciento. El Argentina 2020 de 9,8. Más del doble. El mercado considera que el Fondo Monetario Internacional garantizó los dólares para cubrir los pagos de la deuda el año que viene pero tiene una fuerte duda respecto de la posibilidad que el país pueda pagar los pasivos del período siguiente.
La desconfianza también golpeó las acciones de las empresas locales. La bolsa porteña registró ayer una contracción de 3,97 por ciento. Los activos argentinos que se operan en Nueva York finalizaron con importantes retrocesos. Sobresalieron las bajas de 7,5 por ciento del Grupo Financiero Galicia, de 8,1 por ciento del Banco Supervielle, de 5,5 por ciento de Pampa Energía y de 4,5 por ciento de YPF. En lo que va del año el índice de las principales acciones argentinas perdió en moneda dura un 54 por ciento. La corrida cambiaria a partir de abril provocó un desplome en el valor en dólares de las empresas y con el correr de los meses no lograron recuperar los precios previos a la devaluación.
El mercado cambiario no estuvo exento en los últimos días de la volatilidad financiera. La divisa cerró ayer a 39,25 pesos, con una suba de nueve centavos. El aumento acumulado fue de 63 centavos en las últimas tres jornadas. El Banco Central difundió que cumplió su meta de emisión cero en la primera mitad de diciembre. La entidad a cargo de Guido Sandleris licitó 120.515 millones de pesos en Leliq. La tasa promedio de estas letras de corto plazo subió a 59,41 por ciento, contra el 59,08 por ciento del viernes. El incremento no fue suficiente. Las altas tasas de interés en pesos empiezan a perder fuerza para mantener la divisa en calma.
Las expectativas de devaluación se aceleraron por factores locales e internacionales. Los bancos e inversores particulares pretenden una tasa de interés aún mayor para continuar con sus inversiones en moneda local. La alternativa es dolarizar las carteras. El mundo no ayuda a bajar las tensiones del tipo de cambio. La guerra comercial entre Estados Unidos y China abre fuertes interrogantes, la Reserva Federal de Estados Unidos no termina de convencer sobre su política de tasas, el Banco Central de la Zona Euro empezó a cortar su política de inyección de liquidez y los países emergentes muestran hace meses una tendencia a la salida de capitales. Las bolsas de Estados Unidos hace semanas que anotan fuertes pérdidas. En la jornada de ayer se destacó el retroceso del 2,2 por ciento del S&P 500 y del 2,4 por ciento del Nasdaq. El precio de las materias primas también se resiente por el menor optimismo financiero en el mundo. El barril de petróleo marcó ayer una caída de 4,1 por ciento.