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¿Cuántas veces se puede abandonar una profesión y retomarla en una sola vida? En menos de 40 años el porno-performer François Sagat ya lo hizo tres veces. Una única vez de manera oficial en 2013, frente al castillo de la Bella Durmiente en el Magic Kingdom de Orlando. “Hola, soy François Sagat y desde hoy en adelante me retiré del porno”, decía con su reluciente, geométrico e icónico tatuaje de cuero cabelludo en un video en blanco y negro de 16 segundos que hoy en día ya no figura en la red. Después de eso abrió su propia marca de ropa erótica que tampoco existe más. Quizás hayan sido demasiado conceptuales para su público –acostumbrado a verlo teniendo sexo de todo tipo y en todos los roles posibles sin encasillamiento– las remeras impresas con una foto hiperrealista de su apolíneo torso en tamaño real pero algo descentrado, perdiéndose una parte en el “fuera de campo” de la prenda. Finalmente el año pasado volvió al ruedo de rodar, haciendo de Aquaman, junto a Colby Keller haciendo de Linterna Verde, en una parodia xxx de la Liga de la Justicia. Aunque ya no tenga su propia marca de ropa, sigue usando su cuerpo para vender indumentaria ajena. En uno de sus últimos posteos de Instagram luce una tanga azul a fondo y en las historias que lo acompañan lo vemos posar con una música ambiental muy sutil. Esa música se coloca en las antípodas de su último proyecto electro techno y pop de este año, junto al actor Igor Dewe. Hicieron un EP llamado Chamelia, en el videoclip de cuyo primer corte: “Trust me” se propusieron jugar con la idea de la mala actuación del porno gay. Así es que en el video vemos a Igor andando por la ruta en su descapotable cuando de repente un desperfecto técnico le hace bajar del mismo, revelando su montaje femenino sofisticado: taco rectangular y portafolio redondo de lujo incluidos. Alejándose de la ruta “cae” en el jardín de la François que está tirade en una lujosa reposera en su mansión con las tetas peludas al aire que escapan de un corset blanco y altísimo, con boa de plumas coronando la pelambre. Esto es sólo el comienzo, todo lo que ocurre antes de que arranque el primer beat. En una entrevista para el sitio web Pornceptual a Sagat le preguntan qué tipo de influencia tiene el cine porno, en el cual se mueve como pez en el agua, en el videoclip y su respuesta es contundente: “Una no intencional, como una maldición, el porno sigue presente en mis proyectos no pornográficos, porque como trabajador sexual, cuanto más lo niego, más vuelve a mí.”