La organización ambientalista Greenpeace denunció que los residuos tóxicos que general la industria del fracking en Vaca Muerta, en la provincia de Neuquén, son tratados sin cumplir con las condiciones de seguridad e infringiendo la ley de Medio Ambiente, y generan un basurero petrolero que pone en riesgo el ecosistema patagónico. Los desechos, según denunciaron, son vertidos directamente en la tierra sin un sistema de impermeabilización y de drenaje, y a una distancia menor a la permitida de poblaciones y campos de cultivo. El director de Desarrollo de la ONG, Diego Salas, dijo a PáginaI12 que reclaman “que se suspenda este vertedero ilegal y se tomen las medidas necesaria de remediación y, en definitiva, que se termine prohibiendo esta actividad” como en numeroso estados y países del mundo que han aprobado moratorias y prohibiciones de esta técnica extractiva de gas y petróleo.
El basurero a cielo abierto pertenece a la empresa recolectora de residuos industriales Treater S.A. –que fue allanada la semana pasada en el marco de la investigación por contaminación– y está ubicado a 5 kilómetros de la localidad de Añelo, en el centro-este de la provincia del Neuquén.
Según las organizaciones ambientalistas, la situación en Vaca Muerta es grave porque hay aproximadamente 830 pozos y cada uno genera entre 600 y 850 metros cúbicos de residuos por mes.
“Hace tiempo que venimos trabajando en la zona, y lo que descubrimos durante la investigación fue este vertedero tóxico, del tamaño de quince canchas de fútbol lleno de residuos industriales de la extracción que producen varias empresas petroleras a través del fracking. La primera ilegalidad es que viola le ley provincial (decreto N° 2263) y la ley nacional de medio ambiente (N° 24051) porque está a 4.9 kilómetros de campos agrícolas, a 3.7 del Río Neuquén y 5 de Añelo, el centro urbanizado que se transformó en la ‘capital’ de Vaca Muerta, cuando la ley establece que para este tipo de actividad de disposición final de residuos debería estar a ocho kilómetros”, explicó Salas.
Además de la distancia, el vertedero no cumple con “los estándares básicos de seguridad. Los lodos de las perforaciones se están depositando directamente en un agujero hecho en la tierra que se desborda con las lluvias y que termina drenando hacia las napas porque no tiene la malla impermeabilizadora. Y los estudios que hemos hecho dan cuenta de la contaminación, al punto de que en algunos casos el nivel de toxicidad no pudo ser medido porque sobrepasaron el límite al que llegan los análisis”, agregó.
La investigación del basural, que comenzó en 2017, incluyó la toma de muestras de agua y sedimentos, el seguimiento y filmación de las descargas que realizan los camiones y la toma de imágenes satelitales.
Las muestras fueron analizadas en el laboratorio de investigaciones de la organización en la Universidad de Exeter, en Reino Unido. Y, según el informe, “se encontraron altos niveles de polución que evidencian la falta de protección y una contaminación directa en los suelos y potencialmente en las napas. En los residuos se hallaron presencia de hidrocarburos y componentes volátiles que podrían alcanzar a comunidades cercanas a la planta”.
Los lodos que descargan los camiones en el vertedero y que conforman los residuos, afirma la ONG, contienen “metales pesados y elementos radioactivos como radón o uranio”. “Estas sustancias tóxicas se liberan al aire o al agua y, además de los efectos sobre la salud causados por el impacto de las emisiones en el aire y el agua, tienen efectos sobre el medioambiente. Más del 40 por ciento de las sustancias causan impactos que dañan a la vida acuática y a la fauna”.
Para Salas, los “análisis verificaron lo contaminante que son los residuos y lo mal dispuestos que están. Y lo más grave es que Treater es proveedora de empresas como YPF, Shell, Total, Tecpetrol, entre otras, y todas son responsables porque saben lo que pasa”.
El miércoles pasado, la nueva fiscalía de Delitos Ambientales y Leyes Especiales de la provincia allanó la planta de tratamiento de basura de Treater.
El operativo, en el que intervino el Cuerpo Médico Forense del Poder Judicial, fue autorizado por el juez de garantías Lucas Yancarelli, y estuvo a cargo del responsable de la fiscalía, Maximiliano Breide Obeid.
Durante el allanamiento, en el que se hizo una inspección visual pero no se tomaron muestras, los funcionarios secuestraron documentación, tomaron fotografías y grabaron videos.
El fiscal Breide Obeid explicó que los residuos, que entran en forma blanda sólida y líquida, van a piletones donde se mezclan con tierra y una vez que absorben esos residuos van a unos hornos donde se queman. Y señaló que
de dos hornos, sólo uno estaba funcionando, y que había “varios piletones al límite”. Y advirtió que “lo que vamos a determinar es si hay filtraciones, si existe la membrana y, si existe, en qué estado está” para determinar “si estamos ante una situación de contaminación ambiental”.
Para Salas, Vaca Muerta “es contaminante y peligrosa, no sólo para gente de la zona sino para el planeta”, y recordó que “el país tiene un compromiso con el acuerdo de París, que nos compromete a un cambio hacia un mundo libre de combustibles fósiles”.