Sobre las escaleras del Palacio de Justicia de Córdoba, los pañuelos verdes empezaron a acomodarse de a uno hasta que formaron una marea brava y desafiante. En el centro, un megáfono, que pasado el mediodía del martes anunció que después de seis años en Córdoba vuelve a ser constitucional la Guía de procedimientos para la atención de mujeres que soliciten la práctica del aborto no punible.
En marzo de 2012, la organización antiderechos Portal de Belén interpuso un recurso de amparo a pocos días de que la Provincia sancionara el protocolo. Movidos por el miedo a que las mujeres decidamos sobre nuestros cuerpos y pongamos así en tensión los mandatos de dominación que todavía pretenden sostener. Con la complicidad de la Justicia que dio lugar a la medida cautelar que habían solicitado, lograron construir una barrera que impedía que las mujeres y personas con capacidad de gestar accediéramos a un aborto no punible.
Para los antiderechos, una declaración jurada de la víctima que fue violada no es suficiente para acceder a un aborto no punible. La violación es un crimen de poder, que una mujer sea obligada a gestar es un mensaje del patriarcado y el Portal de Belén busca reproducir este discurso sobre nuestro cuerpos. Se enfrentó a la marea y esta vez vio cómo rompimos la barrera que nos impedía ejercer nuestra libertad de decidir sobre el propio cuerpo.
Este martes verde la Justicia falló a favor de la mujeres y de las personas con capacidad de gestar. Movida por una nueva forma de hacer política feminista que es transversal a lo partidario, involucra a todos los actores sociales y está sostenida por la incansable militancia de las históricas que nos convidaron el amor por la lucha y la conquista de derechos en manada. Aprendimos a colectivizar relatos, hicimos de nuestros cuerpos un territorio de lucha. Por eso, dimos juntas esta batalla.
Ayer, el TSJ rechazó el amparo que había presentado el Portal de Belén en 2012, declaró la constitucionalidad de la guía de procedimiento de los abortos no punibles en Córdoba y levantó la medida cautelar que frenaba su aplicación en el ámbito provincial. Aunque el protocolo aún no tiene aplicación plena hasta tanto el fallo no quede firme, igual celebramos la conquista. Mañana nuevamente volveremos a levantar el pañuelo para seguir en la lucha por nuestros derechos.
El 2018 es un año bisagra para el feminismo, en cuanto a formas de hacer política, de organización e incluso de nombrarnos y enunciar las violencias. No sólo rompimos silencios sino también la individualidad. Lo colectivo es lo que nos contiene, nos hermana, nos fortalece como sujetas políticas.
Antes, cuando todavía no éramos esta marea inmensa que cobija a mujeres, lesbianas, travestis y trans de todas las edades, nos arrebataron nuestros derechos sexuales y reproductivos. Hoy les toca retroceder. Es la marea la que avanza. Todo lo que intente mantenerse arraigado a un orden social que se resquebraja por el avance del feminismo tarde o temprano se va a caer. Avanzar con la marea verde es la única manera de saberse vivx y en comunidad.
* NiUnaMenos.