"Esta mañana hemos informado a la Casa Blanca que no asistiré a la reunión de trabajo programada para el próximo martes con el @POTUS (presidente de EEUU)", escribió Peña Nieto en su cuenta oficial de Twitter.

"Esta mañana hemos informado a la Casa Blanca que no asistiré a la reunión de trabajo programada para el próximo martes con el @POTUS (presidente de EEUU)", escribió Peña Nieto en su cuenta oficial de Twitter.

"México reitera su voluntad de trabajar con los Estados Unidos para lograr acuerdos en favor de ambas naciones", agregó el presidente mexicano en la red social. La decisión llega en medio de la tensión generada por un decreto firmado ayer por Trump en el que ordenó la construcción de un muro en la frontera entre ambos países, una medida que el mandatario mexicano lamentó y reprobó en un mensaje público.

Sin embargo, Sean Spicer, vocero de la Casa Blanca, luego del anuncio de Peña Nieto dijo que "buscaremos una nueva fecha para un encuentro en el futuro, Mantendremos abiertos los canales de comunicación".

Políticos mexicanos de todo el espectro político habían solicitado a Peña Nieto que cancelara el encuentro con Trump, expresando que la firma del decreto que da luz verde a la construcción del muro entre ambos países era "una ofensa" y un acto de "hostilidad".

La tensión de las relaciones bilaterales coincide con la intención del presidente estadounidense de renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC), que los dos países integran junto con Canadá.

En declaraciones a la red de TV ABC News, Trump insistió en que México pagará por la gigantesca obra que prometió en la campaña, cuyo costo podría alcanzar 50.000 millones de dólares, según diversas fuentes. En esa entrevista, Trump admitió que Estados Unidos tendrá que pagar por la obra pero apuntó que "más adelante" México resarcirá el dinero "mediante cualquier transacción que hagamos" con ese país.

Ese mecanismo para hacer que México pague un resarcimiento a Estados Unidos podría ser "complejo", reconoció Trump, pero no dejó dudas de que eso sucederá. Los decretos determinaron, además, el congelamiento de fondos a ciudades y distritos que se nieguen a arrestar inmigrantes ilegales y destina fondos para construir más centros de detención en la zona de frontera.

La idea del presidente norteamericano es aplicar un impuesto del 20 por ciento a las importaciones mexicanas y así financiar la construcción del muro. Con un impuesto así se podrían recaudar 10 mil millones de dólares al año. Así y todo, las normativas del NAFTA impiden aplicar gravámenes de ese volumen en el comercio entre Estados Unidos, Canadá y México. 

Sin embargo, las propuestas de iniciar de "inmediato" el diseño, la planificación y la construcción del muro a lo largo de la frontera concentró la indignación de los dirigentes mexicanos. En su mensaje a la Nación, Peña Nieto reiteró ayer que su país no pagará por el muro. "Lamento y repruebo la decisión de Estados Unidos de continuar la construcción de un muro que desde años lejos de unirnos, nos divide (...). Lo he dicho una y otra vez: México no pagará ningún muro", expresó el mandatario.

En el plano doméstico, las reacciones de indignación a las medidas anunciadas por Trump no se limitaron solo a los manifestantes que salieron a las calles de Nueva York a protestar. Los alcaldes de Los Ángeles y Nueva York, las dos mayores ciudades "santuarios" en Estados Unidos, condenaron públicamente los decretos y aseguraron que continuarán protegiendo a los inmigrantes que viven allí.

"Protegeremos a toda nuestra gente sin importar de dónde vienen y sin importar su estatus migratorio", dijo el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio. Por su parte, Eric Garcetti, alcalde de Los Ángeles, dijo que su ciudad seguirá siendo tolerante y dará la bienvenida a todas las personas "sin importar lo que suceda en Washington DC".

Los alcaldes de otras cuatro ciudades californianas -San Francisco, Oakland, San José y Berkeley- también denunciaron el decreto de Trump en un comunicado conjunto.

El alcalde de Chicago, Rahm Emanuel, por su parte, fue claro: "Aunque tú seas de Polonia, Pakistán, India, Irlanda, Israel, México o Moldavia, bienvenido seas a Chicago".