El presidente chileno destituyó ayer al máximo jefe de la Policía, Hermes Soto, luego de conocerse nuevos videos que comprometen a los carabineros en el asesinato del joven mapuche Camilo Catrillanca. El comunero fue abatido a manos de las fuerzas especiales en noviembre pasado en La Araucanía, en la región sur de Chile. En la primera versión ofrecida a la fiscal, la policía afirmó que Catrillanca había muerto producto de un enfrentamiento, pero meses más tarde la investigación confirmó que el mapuche no estaba armado.
En su intervención, el mandatario no confirmó si Soto aceptó la renuncia, pero sí anticipó que la alta autoridad policial aseguró que cursó la dimisión de 10 generales para favorecer la creación de un nuevo Alto Mando de la institución uniformada. “En el día de hoy he pedido la renuncia al general Hermes Soto, general director de Carabineros, y hemos iniciado los procedimiento correspondientes”, dijo el presidente Sebastián Piñera en el Palacio de La Moneda, sede del Ejecutivo chileno. Esta decisión del mandatario ocurre un día después de que los medios locales Ciper y Chilevisión publicaran material audiovisual de la intervención policial el 14 de noviembre en la comunidad de Temucuicui.
El general Soto asumió su cargo en marzo y luego de conocerse los primeros documentos que vinculaban a la policía en el asesinato hizo un meaculpa público y pidió seguir por el camino de la verdad. Sin embargo su actitud no bastó, sobre todo luego de la aparición de nuevas filmaciones que contradicen sus declaraciones. El jefe policial dijo inicialmente que no había grabaciones del hecho y luego aseguró que la tarjeta de memoria de una de las cámaras había sido destruida por uno de los policías que participó del operativo, por contener imágenes íntimas. La aparición de los videos contradice su declaración. En ellos se ve cómo los Carabineros chilenos atienden a Catrillanca sobre el tractor que conducía cuando recibió un disparo de sus propios fusiles en la nuca. Los policías se dieron cuenta de la gravedad de su herida y le colocaron un gran parche en la parte baja de su cabeza. Luego lo sacaron del vehículo para dejarlo en el suelo y posteriormente llevarlo a una camioneta de la institución con el fin de trasladarlo a un centro asistencial. “Un grupo pequeño de carabineros ha provocado una grave crisis de credibilidad, probidad y eficacia en la labor que desarrolla Carabineros de Chile”, explicó el mandatario que compareció junto al ministro del Interior, Andrés Chadwick, también cuestionado por su responsabilidad política en el incidente. En ese sentido, el presidente denunció el abuso en el uso de la fuerza policial y lamentó que haya costado la vida de ciudadanos inocentes. Luego agregó: “también repudiamos los ocultamientos, falsedades y obstrucciones a la justicia que hemos conocido por parte de miembros de Carabineros de Chile.”
La muerte de Catrillanca encendió los ánimos en la región de la Araucanía, donde se asientan gran parte de las comunidades indígenas mapuches en conflicto territorial con el Estado chileno. Desde la muerte de Catrillanca en el sur de la región se registraron un centenar de hechos violentos que van desde incendios en espacios públicos y enfrentamientos con la policía.
En el operativo que terminó con la vida del mapuche participaron cuatro policías que ya fueron procesados por la justicia y cesanteados de la institución. El gobierno de Piñera resolvió también relevar de la región a un comando de fuerzas especiales de la policía, conocido como ‘Comando Jungla’, que había sido desplegado allí hace pocos meses luego de recibir formación antiterrorista en Colombia. El grupo especial tenía como principal tarea combatir los frecuentes ataques incendiarios contra predios privados y camiones en la región que la policía atribuye a los mapuches en sus reivindicaciones de tierras.
El anuncio conocido ayer se suma a la renuncia del intendente de la Araucanía a fines de noviembre. Luis Mayol dimitó del cargo luego de que la bancada de diputados de la Democracia Cristiana (DC) lo denunciara por sus vínculos en el asesinato del mapuche.
El caso Catrillanca volvió a poner en la mira en la Policía chilena y su actuar en la región de la Araucanía después de que en 2017 quedara al descubierto la implantación de pruebas faltas para inculpar como responsables de varios ataques incendiarios a varios líderes mapuches. El caso, conocido como la ‘Operación Huracán’, involucró la manipulación de varios mensajes de Whatsapp para atribuir la autoría de los ataques a los mapuches involucrados, entre ellos Héctor Llaitul, líder de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM) y otros siete indígenas que fueron sobreseídos por la justicia tras pasar mes y medio en la cárcel.