Venezuela expulsó ayer al cónsul de Colombia en Caracas, Juan Carlos Pérez Villamizar, como respuesta a la expulsión de un asesor de la embajada venezolana en Bogotá, informó la cancillería.
“Pérez Villamizar dispone de un plazo de 48 horas para abandonar” Venezuela, anunció un comunicado difundido por el canciller Jorge Arreaza, quien acusó al funcionario colombiano de ejercer “labores consulares sin contar con la acreditación correspondiente”.
Previamente, Colombia había expulsado a Carlos Manuel Pino, asesor político de la embajada de Venezuela sin estatus diplomático, por “alterar el orden público, la seguridad nacional y la tranquilidad”, según las autoridades migratorias.
La decisión de expulsar a Pérez se produjo “en aplicación del principio de reciprocidad”, agrega el documento del ministerio de Relaciones Exteriores venezolano, que denunció el caso de Pino como un “secuestro”.
Pérez confirmó que prepara su salida del país petrolero, pero evitó dar más declaraciones. Casado con una excongresista colombiana de oposición, Pino, quien llevaba 18 años en el país vecino, fue abordado por la policía el miércoles en Bogotá tras estacionar mal su vehículo. Las autoridades le comunicaron luego que sobre él pesaba una orden de expulsión.
“Recibimos un informe confidencial que permitió deducir que Pino representaba un riesgo para la seguridad del país,” dijo a periodistas el director de Migración Colombia, Christian Krüger.
Según reportes de prensa confirmados por Krüger, el asesor diplomático había sido capturado en 1999 en un campamento de la disuelta guerrilla de las FARC, en el departamento de Vichada, pero posteriormente fue liberado.
Arreaza calificó a la medida contra Pino de “secuestro” y “expulsión arbitraria”.
El asesor fue entregado en la madrugada del jueves a las autoridades venezolanas en el fronterizo puente internacional Simón Bolívar. Tiene prohibido volver a Colombia por diez años.
Aunque Bogotá negó que la expulsión responda a vínculos de Pino con la oposición izquierdista en Colombia, su esposa, Gloria Flórez -colaboradora del excandidato presidencial Gustavo Petro-, dijo que el funcionario está siendo usado como chivo expiatorio para afectar las relaciones diplomáticas.
La medida coincide con renovadas tensiones bilaterales, que tuvieron su última escalada el 10 de diciembre cuando Rusia desplazó a Venezuela dos bombarderos Tu-160, un avión de transporte An-124 y un avión de pasajeros Il-62. Las aeronaves regresaron a Moscú el 14 de diciembre tras ejercicios de defensa condenados por Estados Unidos y Colombia.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha denunciado supuestos planes de Estados Unidos para derrocarlo con apoyo de Colombia y Brasil. Su par colombiano, Iván Duque, quien le califica de “dictador”, ha negado las acusaciones.
Los dos países latinoamericanos, que comparten una frontera de 2.200 kilómetros, prácticamente mantienen congeladas sus relaciones desde mediados de 2017.