Los trabajadores de la fábrica de calzado Paquetá, de Chivilcoy, que cerró sus puertas días atrás, colgaron ayer por la mañana sus uniformes en el local de Cambiemos de esa ciudad para protestar por la pérdida de 600 puestos de trabajo. “No fue magia, fue Macri”, escribieron. El argumento para bajar la persiana por parte del grupo empresario brasileño que manejaba Paquetá fue que hubo una pronunciada reducción de compras de Adidas, su principal cliente. Esa merma se explica tanto por el derrumbe del mercado interno a causa del deterioro del poder adquisitivo como por la suba de importaciones.
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