El Ministerio de Educación de Salta sancionó al colegio Santa María, de la capital provincial, por haber hostigado a un alumno gay que llevaba una pulsera con la bandera del colectivo LGBT. La cartera educativa multó este miércoles a la institución, le exigió la inmediata reincorporación de otros cuatro estudiantes a quienes había dejado sin matrícula por defender a su compañero y le ordenó implementar desde el año que viene un programa de capacitación en Derechos Humanos para docentes, tutores y personal jerárquico. “Estamos muy conformes. En primer lugar, porque la resolución reconoce que hubo discriminación por parte del colegio, cosa que las autoridades escolares habían negado. En segundo lugar, porque resulta ejemplar que se exija una capacitación en derechos humanos, igualdad y no discriminación. Santi está muy contento también, para nosotros es muy importante que se reconozca la verdad de lo sucedido”, dijo Jorge Coraita, padre del alumno.
A través de la resolución 10.202, el ministerio estableció que el colegio Santa María incurrió en “un acto de discriminación” contra Santiago Coraita, estudiante de cuarto año. El joven, de 16, había sido apercibido hace dos meses por llevar una pulsera con la bandera del colectivo LGBT.
La ministra Analía Berruezo impuso un programa de capacitación en derechos humanos “con especial énfasis en el principio de igualdad y no discriminación”, dirigido a “personal jerárquico, tutores y docentes”. Por otro lado, sancionó al colegio con una multa que equivale a diez veces el arancel mensual abonado por alumno y estipuló un plazo de pago de diez días. Finalmente, exigió a la institución que reincorpore en un plazo de cinco días a los alumnos a quienes había negado la matrícula por defender a su compañero. Sin embargo, según informó Jorge Coraita a PáginaI12, tanto su hijo como los otro cuatro estudiantes optaron por cambiarse de institución.
En septiembre, según relató el padre del alumno, Santiago fue interceptado por un tutor, quien le pidió que se saque la pulsera porque “afectaba los valores del colegio y resultaba provocativo”. Como el joven se negó, un coordinador del colegio lo llamó a dirección, donde lo esperaban la directora y la vice, quienes nuevamente le pidieron que se sacara la pulsera porque “no estaban permitidas por reglamento”, argumento que el alumno cuestionó al remarcar que muchos estudiantes usan pulseras pero sólo a él le estaban haciendo problemas. Tras un tenso debate, y una situación que el padre de Santiago calificó como “violenta y homofóbica”, la directora le dijo que si era “tan importante” para él, se la dejara.
Luego del episodio, en solidaridad con el adolescente, cuatro compañeros se pintaron la bandera LGBT en sus brazos y difundieron fotos en las redes sociales, en las que hacían “fuck you” al escudo del colegio. Cuando las imágenes llegaron a los fundadores de la escuela, los directivos sancionaron a los estudiantes con 14 amonestaciones y decidieron no renovarles la matrícula para el ciclo lectivo 2019.
Las autoridades escolares argumentaron que ejercieron el “derecho de admisión” por considerar que los estudiantes cometieron “una falta grave contra la institución al subir a las redes una foto con un gesto obsceno hacia el escudo del colegio y, por ende, al ideario institucional”.
Ante este hecho, los padres de los cinco alumnos se reunieron con las autoridades del Ministerio de Educación y realizaron las presentaciones correspondientes para dar a conocer lo ocurrido y exigir respuestas concretas. Ese mismo día, también llevaron la denuncia al Instituto Nacional contra la Discriminación, el Racismo y la Xenofobia (Inadi). “En la instancia de conciliación que tuvimos luego de la denuncia ante el Inadi, las autoridades ofrecieron reincorporar a los chicos pero negaron la discriminación, dando a entender que mi hijo era un fabulador. Le respondimos rechazando categóricamente su propuesta, y les manifestamos que esos dichos solo ensanchaban más nuestro dolor. Querían invisibilizar el caso”, recordó Jorge.
“Esto no solo se trató de una acción emblemáticamente homofóbica, sino que también fue un mensaje para el resto de los estudiantes: ojito con visibilizar la diferencia y ojito con apoyar a un compañero ¿Qué valores se están promoviendo desde esa institución?”, reflexionó.
Informe: Azul Tejada.